La bailarina clásica Michelle Jiménez quiere devolver al país el apoyo que ha recibido de su tierra. “Cuando quiera hacer algo diferente con mi vida, quiero venir y dar todo aquello que él me dio”, dijo la joven bailarina. La artista de la expresión corporal habló durante un descanso en los ensayos.

Anoche, en el Teatro Nacional Eduardo Brito, fue la protagonista de la II Gala de estrellas de la danza. Hoy el Gran Teatro Regional del Cibao será el escenario en el que un grupo de maravillosos bailarines, locales e interncionales darán lo mejor de su arte.

La pieza que Jiménez presentó en Santo Domingo anoche, y que presentará hoy en Santiago es “Duet”, creación del coreágrafo inglés Wayne Eagling, director artistico del English National Ballet de Londres. “Es un paso dos, con Josef Varga, con el que trabajo mucho en Holanda”, comentó.

A doce años de su última visita, Jiménez, quien pertenece al Ballet Nacional de Holanda, asegura estar sumamente feliz de presentarse en el país en el que nació hace 29 años. “Comparto el escenario con bellos bailarines, de nuevo con Mónika Despradel (que es una persona con quien me encantaba trabajar cuando vivía acá)”, explicó.

Iniciada en la danza a la escasa edad de cuatro años, recordó lo difícil que fue abandonar a su familia, amigos y las cosas cotidianas y sencillas que ofrece Santo Domingo, como el arroz con habichuelas, el agua de coco o la arepa.

Pero el esfuerzo fue para su beneficio ya que le abrió un abanico de posibilidades variado y diferente que la convirtieron en la artista que es hoy. “El mundo de la danza es enorme y el haberme ido me dio la posibilidad de trabajar con mucha gente, de estar en muchos escenarios, de probarme en muchas maneras diferentes”, valora Jiménez.

Recordó también el esfuerzo que hicieron sus padres, apoyándola en todo y vivían ese sueño con ella. Refirió que era muy unida a su mamá, quien según narró, le dijo: “si esto es lo que quieres hacer tenemos que hacerlo como se debe”.

Como muchos otros artistas dominicanos que viven la experiencia de desarrollar su talento en países con mejores condiciones y destacarse, Michelle lo ha logrado a pesar de que ella misma no lo vea como algo extraordinario. “No es algo que he pensado. Amo mi cultura y eso es lo que me ha llevado y me ha ayudado a crecer mucho dentro de mi arte, todo lo que mi país me dio. Ser una artista dominicana es algo muy especial”, explicó.

En ese mismo orden, algo que destaca en su conversación, es la gratitud que siente hacia los que le han dado la mano aquí. “Siempre tengo la suerte de recibir todo el apoyo de mi país y eso es algo que me llevo conmigo, donde quiera que voy”, manifestó. Además, da las gracias a los artistas de aquí por lo que dejaron en ella.

Jiménez, quien es “grand duet” del Ballet Nacional de Holanda y que anteriormente formó parte del Ballet Clásico de Washington, externó que todas las experiencias han sido diferentes y la han llenado de una forma distinta. “De los ballets que he hecho el que más me ha emocionado es “Romeo y Julieta”, por la historia que todos conocemos”, dijo para luego añadir que cada paso que ha dado le ha aportado algo especial.

A pesar de que es consciente de lo efímero que es la vida de una bailarina en el escenario, no tiene planeado lo que hará en el futuro. “Es es algo que uno tiene que disfrutar al máximo, diariamente, y después de ahí, te lleva donde te lleve” sostuvo. Añadió, que el día que deje de bailar será profesora, coreógrafa o productora de eventos como Monika Despradel. “Para mí todavía es el escenario, después de ahí, veremos lo que venga”, concluyó la joven artista.