Los años 80 y 90 fueron muy especiales para el género salsa. En esos años nació la llamada “salsa erótica o sensual”, y con ella surgieron estrellas. Uno de ellos es Willie González, quien en medio de su agitada agenda en Florida, ofreció una entrevista.
Wilberto Gonzalez, nombre de pila de Willie, nació en Bayamón, Puerto Rico.
Cuando inició su carrera artística, oficialmente en el 1984 con el grupo Chaney, nunca imaginó que sus canciones 24 años después estarían sonando en la radio con tanta fuerza y a la vez inspirando a los enamorados, porque ¿quién alguna vez no envió carta de amor a su ser querido o le cantó al oído algunas piezas de “Quiero morir en tu piel”, “Enamorado de ti”, “Pequeñas cosas”, “En la intimidad”, “Si supieras” o “No podrás escapar”? “Tenemos una nueva producción discográfica, “Íntimo y sensual”, y estamos promocionando dos temas: “¿Qué estás buscando?” y “Mi mundo tú”.

González recordo que en el 2008 estuvo presentando su música en la emisora en la que laboraba Eugenio Pérez, además de presentaciones en Aqua Splash Caribe y el Jet Set.

“Nos encantó el trato del pueblo dominicano, ya que estar en Santo Domingo es como estar en mi familia; estoy loco por volver a cantar allí”, manifesto el artista, luego de sus presentaciones en el club Cañandonga de Broward, en Orlando, Florida.

A pesar de que admira a grandes que consumieron drogas y que ya no viven, como Héctor Lavoe, González visita de vez en cuando diferentes iglesias y está apartado de las drogas.

“Ellos marcaron una línea y un estilo que influyeron mucho en nosotros, como artistas fueron muy famosos y cotizados, pero ya tu sabes como terminaron, no siguieron las reglas como tenía que ser y terminaron con una muerte que lamentamos mucho; he visto a otros salseros que han tenido una muy mala vida y es por eso que yo soy todo lo contrario, pues no fumo, no tomo ni uso ninguna clase de drogas, en esa parte me cuido mucho”, comentó.

SU VIDA FAMILIAR EN PUERTO RICO
En la actualidad Willie González reside en una ciudad llamada Navarro, que pertenece a Gurabo, Puerto Rico. Allí vive con sus dos hijos, Rafael Ángel y Marco Antonio.

Durante la conversación con el salsero boricua, este envió un mensaje a los jóvenes talentos: “Lo primero es que se mantengan siempre humildes, que no importa los triunfos que tengan en su vida; mantenerse alejado de las drogas, ser respetuosos con el público y tratar de no meterse en problemas que le dañen la imagen al punto destruir el trabajo de muchos años de sacrificios”.