CACHAO TOCA POR ULTIMA VEZ EN SANTO DOMINGO EN PREMIOS CASANDRA
9:39La noche del diez de marzo, Israel -Cachao- López agradecía a los dominicanos cuando fue reconocido por su trayectoria en los premios Casandra. Al besar la estatuilla dijo: “Gracias a este pueblo dominicano que tanto quiero. No saben lo que significa para mí este premio, es un honor muy grande. Muchas gracias”.
Cachao también agradeció a su hija y a su esposa (fallecida hace tres años) con quien estuvo 53 años de casado.
El público se impresionó por aquellas palabras, sencillas pero con sentimiento, y se puso de pie a ovacionar a ese hombre de hermosa trayectoria musical y sincero amor por su cónyuge. Dedicó el reconocimiento a su esposa sin imaginar que en un par de semanas estaría descansando en la misma morada.
El último escenario
La Capital dominicana fue el escenario en donde el destacado músico cubano tuvo su última participación artística. En el cierre de los premios Casandra, a Cachao se le vio tocar su contrabajo por última vez. Albita Rodríguez, Wilfrido Vargas y Elvis Crespo eran parte de este número musical.
La noche del sábado las agencias de noticias daban a conocer al mundo su deceso. Calificado como uno de los máximos exponentes de música cubana e inventor del mambo. Según Efe el músico cubano Israel López, falleció en Miami a los 89 años, más conocido por Cachao y como “El rey del mambo”, nació en La Habana, en 1918. Descendiente de españoles e hijo de profesores de contrabajo, comenzó en la música a los ocho años como percusionista de bongó en el conjunto “Bella Mar”, al tiempo que tomaba clases de piano y bajo, e iba a la escuela.
Tras ser amenizador musical de las películas mudas en el teatro Carral, de Guanabacoa, con 12 años ingresó como contrabajo en la Orquesta Filarmónica de La Habana. Allí ya estaban su hermano mayor, Orestes, y su padre.
Desde ese momento, su vida se rodeó de música clásica y popular. Por la tarde, tocaba los clásicos y por la noche, fuera de la sinfónica, sones participando en las populares descargas (“jam sessions”) Con la sinfónica estuvo los siguientes 30 años. Conoció a insignes directores como a brillantes instrumentistas. Sin embargo, nunca se alejará de su gran pasión, la música popular: guaguancós, guarachas, rumbas, etc.
El mambo
En 1937, junto con su hermano Orestes inventó el mambo sobre una variación del ritmo del danzón. El mambo, que en dialecto locumí quiere decir historia, se convertiría en una de las señas musicales cubana. Más tarde, en la década de los cincuenta el músico Dámaso Pérez Prado lo popularizaría internacionalmente.
En 1962 abandonó Cuba, tras la instauración del régimen de Castro. Su primer destino sería España, donde tocó en cabarets y salas de fiesta pero como otros cubanos, no tardó en trasladarse a Estados Unidos. Vivió en Nueva York y en 1970 recaló en Las Vegas donde permaneció alrededor de ocho años, logrando cierta fama. Finalmente, en 1978 fijó su residencia en Miami, donde estaba más cerca de sus compatriotas.
Desde casi el anonimato comenzó de nuevo a ganarse la vida. Fue pianista de “night club”, tocó en fiestas y acompañó a cantantes. Entró en la Sinfónica de Miami e interpretó zarzuelas y óperas mientras en su tiempo libre continuó interviniendo en las célebres descargas.
A principios de la década de los noventa, el actor de origen cubano Andy García le redescubrió para el gran público gracias a su documental “Cachao, como su ritmo no hay dos” (1993).
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