CALLE 13 AIROSO ANTE DESAFIO EN ARGENTINA

12:32

No es sencillo actuar en el Luna Park de Buenos Aires, Argentina, lugar emblemático de la capital porteña. Recordamos que allí fue donde, en 1980, cantó Frank Sinatra, también Plácido Domingo; donde el papa Juan Pablo II rezó por la paz, a raíz de la guerra de las islas Malvinas; donde actuó Ricky Martin; donde cantó Sandro, Julio Iglesias; y donde se realizaron inolvidables combates de boxeo por títulos del mundo, además de tener en su historia el haber sido lugar en donde se conocieron Eva Duarte, Evita, y Juan Domingo Perón.
Pues bien, ahí, en ese intimidatorio escenario hasta para los artistas más experimentados, se presentó el sábado, por primera vez Calle 13 y su show, al que muchos califican como una mezcla de música urbana, reguetón, hip hop y todo lo que algunos “especialistas” quieran agregar.

Y Calle 13 salió airoso ciento por ciento de ese desafío ante un público como el argentino -capitalino o porteño, más precisamente, porque con anterioridad se presentó en la provincia de Córdoba- que es tan contestatario como la propuesta del grupo musical puertorriqueño.

Porque es un público al que poco le importa los antecedentes de lo que va a ver, aunque sean recientes como la obtención de la Antorcha de Plata en el Festival de Viña del Mar o un nuevo Grammy anglosajón.

Claro, que esos antecedentes sirvieron para que la prensa local se hiciera eco de la actuación de Calle 13, justificando el espacio del Luna Park al que ocuparon absolutamente más apropiado después del éxito que el grupo tuvo en septiembre pasado en Buenos Aires, aunque en un local mucho más pequeño -teatro Roxy- y más apartado del epicentro de la ciudad.

Pero no sólo los fanáticos de Calle 13 se hicieron presentes en el Luna Park -en su única actuación en Buenos Aires- sino que grandes nombres del rock nacional argentino, tal vez poco conocidos en la Isla, como Gustavo Cerati, o los líderes de los Babasónicos, entre otros, estuvieron para ver en vivo lo que produce Calle 13. También fue al Luna, acompañando a sus compatriotas, la triunfante actriz radicada en la Argentina, Claribel Medina, con su adolescente hija Agostina.

Interconexión

Lo que Calle 13 hizo en Buenos Aires no varió sustancialmente de lo que venía presentando de su repertorio, aunque con algunas variantes de colorido tono que aportaron positivamente. Su propuesta transgresora, sus ácidas críticas hacia la sociedad hipócrita, su lectura política o sexual, y en general sobre todos los temas que trata, no son digeribles para estómagos de colon irritables.

Calle 13, o más precisamente Residente o René Pérez, dice todo con una brutal crudeza. Y eso, a muchos puede sonarles mal, les duele, inquieta, provoca incomodidades porque es como asumir en carne propia que la voz de la calle marca los defectos humanos, disparando con balas de ritmo a “full” y a los gritos. Y muchas veces, la sinceridad le amarga la vida a cualquiera.

Los espectadores jóvenes, mayoría en el Luna Park, conocen todas sus letras y las repiten como loros, tal vez sin analizarlas demasiado. Pero existe entre Calle 13 y la juventud una interconexión como para destacar.

Mientras Visitante, o Eduardo Cabra, maneja a los músicos, Residente domina a voluntad al público, como cuando produce los abucheos a todos los que critican lo que ellos hacen, o cuando le dedica una de sus canciones -“Llégale a mi guarida”- “al cab#$@ de George Bush”, expresando además que “ojalá Puerto Rico sea libre e independiente como en este país”.

Todo lo demás, lo accesorio o colorido, como comentábamos anteriormente, se tradujo en un aceptable juego de luces y en un comienzo con habilidosos de las clavas, de los aros y otras aptitudes de circo.

También fue agradable ver cuando invitó a varias muchachitas de las primeras filas a subirse al escenario a bailar con él -lo hizo, tal vez, desconociendo lo “lanzadas” que son las argentinas cuando deciden divertirse, porque se movían con llamativa sensualidad y enorme desparpajo- y resultó un buen golpe de efecto cuando, en uno de sus temas, subieron 20 integrantes de un grupo argentino de percusión, La Chilinca, ofreciendo un plus para marcar el ritmo de uno de los temas.

Y es así; lo de Calle 13 es, guste a quien le guste, un espectáculo ya convertido for export y de pura cepa puertorriqueña. Ni Ricky ni Chayo. Ni Gilberto Santa Rosa ni Olga Tañón. Simplemente Calle 13 y, si se quiere, para algunos con su inmoralidad puesta en escena. ¿Eso importa demasiado?... Un sabio de barrio dijo: “Ser moral es aburrirse gratis”. Y del Luna Park, todos salieron muy divertidos.

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