La Catedral de Lima fue el escenario de la boda del tenor peruano Juan Diego Flórez, uno de los más reconocidos de la escena operística internacional, y la ex modelo australiana Julia Trappe, un enlace rodeado de lujo y extremadas medidas de seguridad.

Las grandes puertas de la Catedral no se abrían para una boda desde 1949 cuando contrajeron matrimonio la princesa alemana Hilda Marie Gabrielle de Baviera con el peruano Juan Bradstock Lockett de Loayza.

A petición del novio, la Plaza de Armas en la que está la catedral se mantuvo abierta al público y sólo se colocaron barandillas de seguridad, donde se apostaron cientos de curiosos y periodistas.

El presidente de Perú, Alan García, y su esposa Pilar Nores, encabezaron la lista de ilustres invitados, que incluyó a personalidades del mundo de la ópera, embajadores, familiares de los novios y amigos: en total 800 convocados. La novia lució radiante con un vestido blanco estilo princesa, con un corpiño tejido con cristales de Swarovski y un largo velo de tul que se confundía con la extensa cola. El traje nupcial, valorado en 20.000 dólares, fue diseñado por el italiano Massimo Gasparón.

El maquillaje y peinado, estilo años 60 del siglo pasado y cuyo costo se elevó a unos 10.000 dólares, estuvo a cargo del también italiano Enzo Vitale, quien colocó a la novia una tiara de cristales, oro y platino.