Roberto Salcedo regresó ayer a la televisión, a “9 x 9 Roberto”, que en el 1988 empezó en Rahintel, canal 7. Sólo que lo hizo para compartir con el heredero de la fortuna de que dos décadas después el programa se mantiene como una de sus mayores riquezas profesionales.

Roberto Ángel Salcedo, el hijo que siguió sus pasos en la caja mágica, sentó a su padre en “la “silla caliente” y, como es natural, se vio preso de ese embrujo familiar de la figura que aún gravita en él porque fue su modelo a seguir. Apenas le hizo dos o tres preguntas, en tono de usted, aunque fueron significativas.

Roberto empezó recordando que hace justo veinte años “abrimos un escenario donde siempre el norte fue la proyección del talento joven”.

Con segmentos como “Buscando el éxito”, surgió una diversidad de segmentos que han servido como plataforma “para que esos jóvenes talentos, tanto del baile, del canto, de la actuación, puedan tener un lugar donde proyectarse y desde ahí lanzarse a una carrera”, valoró Roberto.

El espacio televisivo surgió en el 1988. Comenzó en el canal 7, entonces Rahintel. “Dos personas que tuvieron mucho que ver con el surgimieto de este programa, uno de ellos, mi inolvidable compadre Milton Peláez, quien me motivó a hacer este programa, y Leonel Almonte, quien nos dio su apoyo para que se tradujera ya en una realidad la puesta en pantalla de este programa”.

En principio era de doce horas. “Pienso que fue un atrevimiento casi de parte nuestra lanzar un programa de 7 de la mañana a 7 de la noche. El programa era 7 x 7 porque iniciaba a las 7 de la mañana y concluía a las 7 de la noche, una jornada intensa y extensa de televisión”.

De Rahintel salió a Teleantillas, en el 1991, y de ahí, nueve años después, a Color Visión, canal 9. “Por circunstancia de la vida tuve que regresar a ésta, que fue mi primera casa... Ya saben el vínculo que nos une al grupo Bermúdez”. Al programa de ayer acudió Domingo Bermúdez, actual presidente ejecutivo del canal.

Su salida
Para Roberto, el hecho más trascendente en estos 20 años fue su salida, pues posibilitó la proyección de su hijo. “El público que te vio nacer, que te vio surgir como figura de la televisión, cuando apenas tenías unos cuatro o cinco años, que te ha dado un seguimiento riguroso, que ha inventariado tu carrera por tantos años, vio cómo ese traspaso generacional se ha dado y se ha dado para bien”.

Entonces vino la parte más emotiva: “Gracias al público maravilloso que te ha brindado tanto apoyo, pero sobre todo y muy fundamental, Roberto, y esto debo decirlo públicamente, quizás esta es la primera gran oportunidad que tengo de decirte lo orgulloso que me siento de ti (-muchas gracias, dijo Robertico, bien serio); lo orgulloso que la familia se siente de ti; tú has realizado una labor encomiable, tú has logrado hacer que estos proyectos trasciendan a los niveles que en mis manos no trascendieron nunca y eso me hace sentir un padre inmensamente feliz (se escuchó el aplauso de todos los presentes); saber que su hijo ha desarrollado una labor con todo respeto, con toda la dedicación, de verdad, Roberto que tú eres para mí una muestra más que fehaciente de lo que debe ser un joven de este tiempo”.