Como muchos, muchísimos otros amantes del mejor cine, somos admiradores de Tim Burton, uno de esos creadores que, aunque con uno que otro tropezón, es, hoy por hoy, de los pocos que pueden ser llamados, con justicia, diferentes y originales, un señor que lo mismo te hace una comedia extravagante como “Beetle juice” que un “comic” con estilo como “Batman” o un film de terror único con “Sleepy Hollow” y que, aunque se fue de cabeza con su versión del “Planeta de los simios”, supo levantarse con creces con ”Big Fish” y unos dibujos animados inimitables, macabramente divertidos como “Corpse bride”.

Y ahora vuelve a sorprendentes nada menos que con una comedia musical, “Sweeney Todd: The Demon barber of Fleet Street”, o sea, una comedia, un musical, que cuenta la historia de un barbero que ejecuta una terrible venganza degollando víctimas de todos los tipos y colores.

Claro, ahora nos pueden decir que lo por él realizado era ya una comedia musical, que la escribió Hugh Wheeler y que la partitura es de Stephen Sondheim, mas, ¿cuántos son los que se hubieran atrevido a arriesgar lo que cuesta una película en nuestros tiempos llevando semejante relato a las imágenes?

Y, si se ponen a rebuscar en el desarrollo cinematográfico, en la puesta en escena de Burton, encontrarán que posee la misma plasticidad que tienen muchas de sus otras obras. La diferencia estriba, pues, en el tema a escoger, que es tan duro como lo insinúa su título. O sea, no es tan fácil aceptar “Edward Scissordshands” o “Ed Wood” como la presente, los degüellos, los ríos de sangre, las canciones, que son hermosas, pero cantan a la muerte, a la venganza, al dolor de la soledad. Sí, hay situaciones graciosas, pero, como es natural, no son tan graciosas ni abundan tanto como en otros de sus films, aún aquellos que tratan asuntos “duros” como las mencionadas o “Sleepy Hollow”, para apenas citar unos pocos ejemplos.

Además, la partitura de Stephen Sondheim es formidable, los tonos de sus melodías tienen fuerza, gracia, una gracia que a ratos espanta, pero que encuadran perfectamente con lo narrado. Lo que se hecha de manos, tratándose de una comedia musical, es la ausencia de coreografía, aunque, poniéndonos a pensar en esa posibilidad caeríamos en la idea de grupos de personajes londinenses cantando y bailando al degüello y a la sangre.

Formidable la ambientación de época, un Londres tenebroso, oscuro, pegajoso, un agujero negro propicio a la maldad y al dolor.

Y Johnny Depp, un Sweeney Todd que será recordado por su tremenda fuerza, por esa caracterización que a la vez nos admira y horripila. Helena Boham Carter, la Sra. Lovett, Alan Rickman, el Juez Turpin, Timothy Spall, Beadle y Ed Sanders, el pequeño Toby, están excelentes, pero nunca a la altura del gran Johnny.

FICHA
Sweeney Todd (Sweeney
Todd: The Demon barber of Fleet Street)
Dirección: Tim Burton;
Guión: John Logan, sobre comedia musical de Wheeler y Sondheim;
Fotografía: Dariusz Wolski;
Musicalización: Stephen Sondheim;
Intérpretes: Johnny Depp, Helena Boham Carter, Alan Rickman, Timothy Spall, Sacha Baron Cohen, Ed Sanders, Janice Campbell Bower.
Clasificación: Excelente