PORKY PIG
17:37Cuando apareció en 1935 como uno de los animales de I haven´t Got a Hat de Friz Freleng nadie sospechó la fortuna que le aguardaba. Avery lo retomó un año más tarde en Gold Diggers, parodia de los musicales Warner del gran Berkeley. Tras ello, el cerdito tartamudo pasó por las manos de todos los talentos Warner: Tex Avery, Frank Tashlin, Bob Camplett y Chuck Jones.
Si nos fiásemos de su primera aparición, era casi imposible haber imaginado que el gordito, nervioso y metepatas Porky se convertiría en una de las estrellas principales de Warner Bros. A pesar que su laborioso recital de "La cabalgata de Paul Revere" (que se transforma a media estrofa en: La Carga de la caballería ligera") se vea destrozado por la melíflua perseverancia, pase lo que pase, de Porky, un rasgo de su carácter que ha sido muy útil al pequeño cerdito a lo largo de su carrera.
Con una sola interpretación como actor secundario, Porky había triunfado.
Al principio se le emparejó con un pequeño y revoltoso gato llamado Beans, pero la relación se descartó cuando artistas de la altura de Tex Avery, Bob Clampett y Frank Tashlin empezaron a usar Porky en sus historietas y a darle cuerpo a su personalidad. Porky fue el cerdito novato del estudio, y la audiencia respondió calurosamente.
Porky se lanzó al escenario en la historieta de exhibición de Friz Freleng I Haven't Got A Hat e instantanemente se distinguió de la multitud de personajes en la película. En sus primeros años, el cerdito encantador y tartamudo (interpretado por Joe Dougherty un tartamudo real y más adelante por Mel Blanc) aparecía generalmente con personajes desconocidos que actuaban sólo en esa ocasión ayudando así a impulsar el perfil de Porky y le convertían en una de las principales estrellas de Warner Bros.
En vez de utilizar la velocidad y violencia típicas de los personajes de dibujos animados de Warner Bros., el modus operandi de Porky consistía en reflexionar acerca de las cosas. En Trap Happy Porky, los ratones invaden la casa de Porky, y para resolver el problema, se compra un gato. Cuando es el gato el que se convierte en el problema, se compra un perro. En Brother Brat, trabajando de canguro, intenta razonar con el niño a su cuidado (un bebé con una vena homicida llamado Butch). No funciona, pero no porque Porky no ponga todo el esfuerzo necesario.
Cuando el pequeño cerdito se encuentra de verdad a sí mismo es en la surrealista (y extraordinaria) historia de Bob Clampett, Porky in Wackyland. En ella, Porky actúa como la inocente contrapartida de la audiencia en un mundo (e historia) que se ha vuelto divertido e impresionantemente loco. Porky es el contraste perfecto para dicho viaje debido a que sus reacciones son nuestras reacciones, o así nos gustaría creer.
De hecho, el papel de Porky como un hombre normal y corriente funcionó lo bastante bien como para promover una estrella de los dibujos animados que pronto le eclipsaría en popularidad. En Duck Hunt de Porky, el Pato Lucas le roba la película (y la audiencia) desde el primer momento en que aparece en la pantalla y en emparejamientos intermitentes, Porky y Lucas se convierten en el perfecto complemento cómico, con Lucas abusando de forma odiosa y exagerada de la naturaleza tranquila y seria de Porky.
No pienses ni por un momento que Porky no es más que un gran cazador un poco soso; su personalidad no estaba limitada a personajes pasivos. En las hábiles manos de Chuck Jones, Porky se convierte en un cerdo del Olimpo frente a los chanchullos de Lucas en Duck dodgers in the 24 1/2th Century, Drip-Along Daffy, Robin Hood Daffy, y Deduce, You Say, además de un amo a regañadientes y de genio vivo en las historias de Charlie Dog. Es siempre Lucas quien toma la batuta y Porky quien le asistente con toda diligencia (aunque sea mucho más inteligente).
Jones también emparejó a Porky con Silvestre (actuando como su gato fiel) en una serie de historietas en las que Porky no hace caso a amenazas de agresores que sólo su gatito, Silvestre, puede ver. Seguidamente Porky malinterpreta los intentos de Silvestre de protegerlo y los toma como amenazas por parte del gato. En Jumpin' Jupiter acampan en un desierto donde aterriza un platillo volador; mientras que en Claws For Alarm son aterrorizados por una banda de ratones sedientos de sangre en el hotel de una ciudad fantasma.
Pero es, sobre todo, la naturaleza simpática y la ingenuidad vergonzosa lo que le convierten en un personaje cándido cuyo sello característico "¡Eso es todo amigos!" tiene tanto de icono cultural como los dibujos en sí.
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