FREDDY Y PILAR CELEBRAN BODA DE PLATA

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Esa noche Pilar no quería ir a la fiesta que organizaba Augusto Guerrero. Una prima le suplicó que la acompañara y no tuvo más alternativa que aceptar. Freddy Beras Goico estaba en el lugar. Y el inquieto Cupido también. Su flechazo, envenenado de amor, ya tiene 30 años de efectividad y ayer lo celebraron con una ceremonia religiosa y un festejo, entre amigos y familiares, en el nido de amor que construyeron a la orilla del mar.
Justo a las 11:10 de la mañana del domingo, el padre Luis Rosario, coordinador de la Pastoral Juvenil de la Iglesia Católica, comenzó el acto religioso de las bodas de plata.

Minutos antes Freddy y Pilar habían llegado manejando su vehículo en un breve recorrido desde la casa hasta la parroquia, donde un centenar de personas esperaba por ellos.

Sus hijos, Giancarlo y Laura, estaban pendientes del más mínimo detalle, como organizadores de la ceremonia y frutos vivos de esa llama de amor que perdura. Los protagonistas llegaron vestidos de blanco, con mucha sencillez, y como si fueran parte de los asistentes a la tradicional misa del domingo en esa iglesia. Ella vestía una blusa y pantalón, con discretas joyas en sus manos.

Lo que sí brillaba como una perla era su sonrisa en muestra de felicidad y plenitud al compartir con su amado tan inolvidable momento en la casa de Dios.

No hubo producción artística ni lujosas decoraciones. Tampoco se vieron cámaras de televisión ni esos recursos tecnológicos que pudieran marcar una celebración de ¡bombos y platillos! Amor y alegría eran suficientes.

Como el primer día se siguen queriendo, valga la osadía...
Freddy Beras no paraba de bromear en el corto camino de su casa a la iglesia donde ayer celebraron sus bodas de perla (30 años). Pilar iba a su lado (él manejaba) riéndose de sus ocurrencias y refutando al mismo tiempo las que él, relajando, tergiversaba. “Ella y la familia me cayeron encima; yo confieso que me casé para estar un año casado y salir de ella, ja, ja, ja”, bromeaba Freddy. Entonces ella intervenía: “Fue todo lo contrario, la verdadera historia es totalmente al revés...”.

Ya en serio puntualizó: “La verdad de todo esto es que esa señora ha sido lo más importante que ha pasado en mi vida porque Pilar ha sido el equilibrio en todo...”. Y de inmediato vino el humor: “Me siento muy bendecido una vez más y protegido por el Señor Jesús que me mandó esa vaina, que la traje de Sabana de la Mar y le enseñé el Conde y las luces”.

Ella le seguía el juego: “Que alguien me defienda, porque yo lo domestiqué y lo saqué a la civilización, ja, ja, ja...”. Otra ocurrencia: él recordó el día siguiente de cuando se casaron: “Nos íbamos en un barco, entonces le dije yo a Benjamín, mi suegro:, - ¿qué tu quieres que te traigamos?, y me dice él: - Oh, mi nieto... ja, ja, ja, ja”.

Y reían y también contagiaban a César Medina, José Ramón Prats y Virginia Grullón de Prats, quienes viajaban en el vehículo. Ese primer nieto de Benjamín fue Giancarlo, que hoy tiene 29 años. Luego vendría Laura, de 26. “En estos treinta años nos han pasado cosas bonitas realmente, pero nuestros hijos es el mayor regalo, la mayor bendición”, comentó Pilar .

Ella valoró que sus muchachos “no nos han dado problemas, todo lo contrario, eso nos llena de satisfacción, eso es muy difícil en estos tiempos, hay que estar muy bendecido, son estupendos, estudiosos...”. Se planificaron para tener la pareja y Dios le concedió el deseo.

También anhelaban una casa para el retiro y ya la tienen, aunque Pilar indicó que “no creo que Freddy sea un hombre que pueda retirarse, no es un hombre que venga a sentarse a ver el mar, y ni yo tampoco, él está acostumbrado a trabajar”.

POR DENTRO
Miguel Leclerc y el grupo de planta del programa “Con Freddy y Punto” (que se transmite por el canal 9) fue el encargado de amenizar la fiesta en la casa de descanso que la pareja construyó para cobijar el amor en espera de las demás bodas: coral, rubí, zafiro, oro, esmeralda, diamante, platino, brillantes...

En la puerta los esperaban sus más cercanos amigos y familiares, entre ellos el empresario Frank Raineiri y su esposa Haydée Kuret. El veterano comunicador y diplomático César Medina distinguió la actividad con su presencia, al igual que la productora de televisión Nuria Piera, el cantautor José Antonio Rodríguez, la experta en migración Yadira Morel...

Además del sacerdote Luis Rosario, el mismísimo Freddy Beras tomó el micrófono que tanto saber usar para dirigirse al público de una manera distinta: leyendo la Palabra de Dios. La primera lectura era del libro de Isaías.

Laura, la hija de la pareja, leyó la segunda lectura. Al llegar a su asiento, su padre le toca las piernas en señal de aprobación y apoyo.

Ocho niños vestidos de pastorcitos le dieron el toque navideño de la temporada al acto religioso en el que Frank Rainieri y Freddy Beras se encargaron de recoger las ofrendas de los asistentes.

Al final se dirigió a los presentes para ponderar el amor que lo une a Pilar. Luego, en el agasajo, fueron recibidos por el grupo de Leclerc con la canción “Como el primer día” (Alberto Cortez), aquella que reza: “Te sigo queriendo, valga la osadía, con la garantía de mis pobres sueños, es decir, empeños porque todavía vive el alma mía de seguir creyendo...”.

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