Spears, de 27 años, se convirtió en un fenómeno mundial cuando llegó a la música hace 10 años, después de haber participado en el programa infantil de televisión "Mickey Mouse Club".

Pero en los últimos años ha hecho pocas apariciones en directo tras perder el control de su vida personal, que incluyó breves estancias en clínicas psiquiátricas, un divorcio difícil, la pérdida de la custodia de sus dos hijos, salidas sin ropa interior y un incidente en el que se afeitó la cabeza.

De vuelta sobre el escenario, Spears se mostró en buena forma física y resplandeciente, vestida como una presentadora de circo mientras interpretaba más de una decena de canciones en un desfile de disfraces reveladores.

El lanzamiento de su gira de 44 conciertos fue recibido con fuertes aplausos y aclamación.

En el concierto, que simuló un espectáculo circense, Spears se movió entre escenografías extravagantes sobre tres escenarios, rodeada de bailarines, artistas marciales e interpretaciones de malabaristas desde vigas con largas telas y argollas mecánicas.

El lanzamiento de su gira en Nueva Orleans le permitió volver a la escena artística cerca de su ciudad natal de Kentwood, en Luisiana.

Spears parece haber recuperado la estabilidad en el último año con ayuda de su padre Jamie, que tomó el mando en sus asuntos por decisión judicial después del extraño comportamiento de la cantante.

También se ha centrado en su familia, compartiendo más tiempo con sus hijos e insistiendo que los niños, Sean Preston y Jayden, puedan acompañarle en su gira.

"Circus", su sexto álbum de estudio, se estrenó en Estados Unidos y otros cinco países en diciembre y obtuvo tres premios MTV