¿Por qué tenemos más pero seguimos siendo infelices?


La inmensa mayoría de las mujeres han conseguido una libertad y autosuficiencia que hace tiempo parecía imposible. Estudios y estadísticas han demostrado que las féminas disfrutan de la mejor situación de estabilidad y emancipación de los últimos años. Pero también se desprende que pese a estar en mejores condiciones que nunca, las mujeres son más infelices ahora que hace 40 años.

El mayor de los problemas es que no quieren renunciar a nada. Tener unos estudios, un buen trabajo, formar una familia... cumplir todas estas expectativas y destacar, movidas por el deseo de independencia, ha creado un sentimiento de infelicidad por no poder cumplir completamente con las perspectivas.

Las respuestas a los sondeos sobre la felicidad han cambiado. La definición de este sentimiento ha ido variando a lo largo de los años, acorde con la evolución de los tiempos, convirtiéndose en un parámetro complicado de delimitar. De este modo, la infelicidad, al igual que la felicidad, es un concepto muy amplio que puede afectar a las mujeres independientemente de la edad, nivel de formación, condición social... Varía en función de muchos factores, aunque los más influyentes son, según los estudios, la edad y la ocupación.

Respecto a este último, el colectivo femenino que más infeliz se siente son las amas de casa. El estudio ‘La paradoja de la menguante felicidad femenina’, realizado por Stevenson y Wolfers, lo justifica por el hecho de haberse estancado en una situación, que a pesar de ser de su propia elección, no es realmente lo que desean. Por el contrario, las que a priori podrían mostrarse más infelices por tener que conciliar demasiadas responsabilidades, aunque tienen más estrés, se declaran más felices que el grupo anterior.