Murió Emilio Vieyra
0:33El cineasta Emilio Vieyra, uno de los más prolíficos directores del cine argentino, autor de films como "Sucedió en el internado" (1985), "La Bestia desnuda" (1971) y "Quiero llenarme de ti" (1969), falleció el lunes a los 89 años, a causa de una enfermedad que lo aquejaba desde hacía unos meses.
Vieyra murió el lunes por la mañana en su casa, luego de pasar una semana internado en el Sanatorio Anchorena de la ciudad de Buenos Aires y, según informó a Télam su hija, María Fernanda Blasco, "estaba lúcido y por suerte no sufrió dolores”.
"Murió a causa de una enfermedad que recién se le había detectado. A pesar de su edad, siempre tenía proyectos y pensaba hacerlos en cualquier momento, entre ellos un thriller policial”, afirmó Blasco, quien consideraba a su padre como "un hombre íntegro, realmente lleno de valores”.
Los restos de Vieyra, que actualmente se desempeñaba como coordinador de previsión social de Argentores, asociación de la que fue secretario durante más de 10 años, fueron cremados el mismo lunes por pedido expreso del difunto, quien solicitó a su familia que no lo velaran ni lo enterraran.
Nacido el 12 de octubre de 1920, Vieyra fue director y productor de la mayoría de sus 30 largometrajes, en algunos de los cuales también participó como actor.
En 2005, después de un largo paréntesis de nueve años luego de filmar "Adiós abuelo" en 1996, el veterano cineasta volvió a los sets para filmar el policial "Cargo de conciencia", protagonizado por Rodolfo Ranni, Pepe Soriano, Rubén Stella y Alicia Zanca.
Muy criticado en su momento por la supuesta defensa que "Adiós abuelo” hacía de la apropiación ilegal de menores durante la última dictadura militar, Vieyra elaboró en "Cargo de conciencia” un thriller donde una mujer policía y un periodista inician una investigación sobre el suicidio de un senador.
Prolífico director de títulos como "Sucedió en el internado" (1985), "Comandos azules" (1980), "La Bestia desnuda" (1971), "La venganza del sexo" (1971) y "Quiero llenarme de ti" (1969), Vieyra fue quizás uno de los directores más prolíficos y taquilleros del cine argentino, con títulos que superaron el millón de
espectadores.
Su caso es curioso: aunque fue castigado siempre por la mayor parte de la crítica, también se ganó el reconocimiento de un pequeño grupo de adeptos entre la prensa especializada y del público gracias a películas como "Sangre de vírgenes" (1967) y "Correccional de mujeres" (1985).
Los amantes del cine clase B americano encontraron en Vieyra a un Roger Corman criollo capaz de construir films de muy bajo presupuesto con dosis equilibradas de sangre y sexo, e intentaron patentarlo como "director de culto".
Iniciado en la dirección en 1961 con "Detrás de la mentira", Vieyra recorrió en su extensa carrera los más diversos géneros, desde la comedia inocente a subida de tono, pasando por el terror y los policiales, y llegando hasta los films musicales.
En medio de títulos como "Villa Cariño está que arde" (1968) y "Yo gané el Prode, ¿y usted?" (1972) aparecen filmes protagonizados por Sandro ("Gitano" y "La vida continúa", ambas de 1969) o Leonardo Favio ("Simplemente una rosa", de 1971) en el esplendor de su carrera como cantante.
También es responsable de "La gran aventura", iniciadora de la saga de comedias de acción protagonizada por los detectives "Delfín", "Tiburón" y "Mojarrita", que continuó Carlos Galettini.
Luego de aquella experiencia, Vieyra filmó "Los irrompibles" (1975) -la parodia de un western protagonizada por Jorge Martínez y Ricardo Espalter- y dos películas ("Comandos azules", de 1979, y "Comandos azules en acción", de 1980) que le valieron críticas por su ponderación de los grupos parapoliciales.
Fue en aquella época, la de la última dictadura militar en la Argentina, que fue acusado de "filmar para el Proceso", un cargo que él negó rotundamente. "Es como pensar que los responsables de las cárceles me pagaban para hacer largometrajes como 'Correccional de mujeres'", se justificó hace nueve años, en una entrevista con Télam.
Vieyra, que transitó prácticamente todos los géneros fílmicos incluido el terror, dirigió también obras sospechadas de oportunismo, como la saga de los policiales "Comandos azules", que realizó en 1979 y 1980, en plena dictadura militar.
Durante la filmación de "Cargo de conciencia”, Vieyra se definió sin pudores como un fabricante de películas. "No me considero un artista sino un artesano del cine. Soy un fabricante de películas al que le interesa hacer un producto que la gente consuma. A mí lo que me interesa es el cine que entretiene", disparó en diálogo con Télam.
Acerca de sus elecciones a la
Y dando su particular visión sobre la actual producción del cine argentino, aseguró: "No se puede ir contra lo que el público quiere". "El cine que le interesa a la gente es el que emociona, el que muestra nuestra idiosincrasia, el que entretiene, que hace reír, como algunas películas que todos los críticos ignoran o descalifican pero meten un millón de espectadores", concluyó.
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