Luces, música, baile y mucha imaginación fueron los ingredientes principales del espectáculo infantil “Backyardigans Live: escape de la Aldea Mágica”.
La Tía Nancy se encargó de abrir el show. Junto a sus bailarinas motivó a los padres a unirse a sus hijos y corear las canciones, que, sin lugar a dudas, les hicieron recordar esos inolvidables años de la infancia. “Mambrú se fue a la guerra”, “La cucaracha”, “La flauta de Bartolo” y “Arroz con leche” fueron solo algunas de sus interpretaciones.

El Teatro Nacional parecía reventar cuando los niños vieron a unos curiosos amiguitos subir al escenario. Eran ellos: Tasha, Pablo, Uniqua, Austin y Tyrone, quienes invitaron a los presentes a ser parte de la aventura que en ese momento se iba a iniciar.

Un conjunto de emociones se conjugaban cada vez que uno de los característicos personajes salía a escena.

Emocionante
En cada una de las funciones que se presentaron, los aventureros mantuvieron en expectativa a todo el público presente durante una hora y quince minutos, al mismo tiempo que invitaron al público a participar en una historia llena de música e imaginación.

El show estaba previsto para presentarse desde el 17 al 14 de enero, pero debido al terremoto acurrido en Haití el día 12, tuvo que ser pospuesto para los días 28, 29, 30 y 31.

Los “Backyardigans” es una serie musical sobre cinco preescolares que se apoyan en su imaginación para embarcarse en un sorprendente mundo de épicas aventuras.

Los niños aprenden e expresarse creativamente por si solos y a bailar al son de la música con sus amiguitos: el pingüino Pablo; el alce Tyrone; una criatura morada de nombre Uniqua; Tasha, la señorita hipopótamo y el precavido canguro Austin.

“Backyardigans” es una palabra inglesa combinada que significa “patio trasero”, y se refiere al lugar donde los cinco amiguitos recrean sus aventuras musicales, las mismas que con un poco de imaginación se vuelven realidad.