El cinéfilo siempre huye de las cintas “demasiado perfectas” porque detrás de tanta maestría se esconde un gran pecado: el aburrimiento. Inspirada en la técnica neorrealista, la cinta cuenta, entre otras virtudes, con buena fotografía, mejor guión, destacada dirección, actuaciones aceptables, banda sonora notoria.

Pero, como dicen los sabios: “No todo lo que brilla es oro”. Confieso que me quedé dormido a la mitad de película y al despertar y ponerme al corriente de su final, no me arrepentí de haberlo ignorado.

La otra cinta nominada por América Latina, “El secreto de sus ojos” impacta mucho más no por su calidad estética, ni la magnitud de su puesta en escena, sino por petenecer al muy demandado género thriller. A fin de cuentas, es una cinta que se irá olvidando con el paso del tiempo. Lamentablemente, la academia desechó una obra latina superior a las antes mencionadas: “La nana”, del chileno Sebastián Silva.

Francia trae “El profeta”, ejemplo de un thriller que, además de bien hecho, sabe trascender su discurso porque está elaborado a partir de un fuerte soporte creativo. Temas como la mafia y la cárcel son renovados, reinventados y proyectados con originalidad y magia. Esto aporta a la obra una eficacia comunicativa de altos vuelos. Emociona y entretiene. Enseña y enloquece. Sabe guiar al espectador por rumbos desconocidos una y otra vez.

Pero en su contra no solo conspira la presencia en concurso de un Michael Haneke que sabe no envejecer, sino el sonido de los lauros que en el pasado inmediato recibiera otro producto galo: “La clase”, de Laurent Cantet: la academia se cuida de no repetir, ni repetirse.

“La cinta blanca” es otra obra maestra del alemán Michael Haneke. Filmada en blanco y negro -como homenaje a ese gran cine del ayer- es una pieza de orfebrería, donde nada falta, ni nada sobra. Su entramado fue construido tanto dentro como fuera de la pantalla. Es decir, que es un producto cultural que puede leerse también al terminar su visionaje porque sabe trascender el contenido de una simple historia lineal. Haneke supera la atmósfera anecdótica a que nos tiene acostumbrado cierto cine “de misterio” para entregarnos una contundente denuncia social que nos llegará al alma. Un filme demasiado “bueno” como para irse a casa sin la codiciada estatuilla.

Por último, la cinta “Ajami”, del israelita Scandar Copti, alzada con la Palma de Plata en el pasado Festival de Valencia, cuenta la historia de un refugiado palestino que trabaja en Israel ilegalmente y otro rico que sueña con un futuro brillante junto a su novia judía. Es un producto que respira neorrealismo, con un sello muy personal. Pero tiene enfrente a dos “monstruos” con las fauces abiertas de par en par.

PELÍCULAS AL DETALLE

“La cinta blanca” (Das weisse band)
Dirección: Michael Haneke País: Francia, Alemania, Austria.
Reparto: Leonie Benesch, Josef Bierbichler, Rainer Bock, Christian Friedel, Burghart Klaussner.

PELÍCULAS AL DETALLE
“La teta asustada”
La teta asustada Dirección: Claudia Llosa.
País: Perú.
Reparto: Magaly Solier, Susi Sánchez, Efraín Solís, Marino Ballón, Antolín Prieto.

“Un profeta” (Un prophète)
País: Francia.
Dirección: Jacques Audiard.
Reparto: Niels Arestrup, Tahar Rahim.

“El secreto de sus ojos”
Dirección: Juan José Campanella.
País: Argentina Reparto: Ricardo Darín, Guillermo Francella, Pablo Rago, Javier Godino, “Ajami” (Ajami) Dirección: Scandar Copt y Yaron Shani País: Alemania - Israel Reparto: Fouad Habash, Nisrine Rihan, Elias Saba, Youssef Sahwani, Abu George Shibli, Ibrahim Frege, Scandar Copti, Shahir Kabaha, Hilal Kabob, Ranin Karim.