Sonrisas, lágrimas, miedo, suspense y una gran dosis de sentimientos con moraleja final. Es una frase que resume la nueva película de animación en 3D de Dreanwork
, titulada Como entrenar a un dragón.

La idea de una colmena de abejas, trabajadoras capaces de obedecer a una abeja reina y crear miel a toneladas sin más objetivo que ir de flor en flor para recolectar las sustancias del futuro néctar y el peligro que pueden ofrecer es que si no atacas a las abejas ellas, no te atacan a ti, es la trama argumental de la película que han dirigido Dean DeBlois y Chris Sanders en versión de dragones.

El filme es una aventura de caballeros y dragones, de vuelos sobre paisajes y cielos indescriptibles, pero también habla de la relación fraterno-filial y sobre todo de la razón contra la fuerza, propio de la factorias Disney lugar de procedencia de la película cuya banda sonora la firma John Powell, que escribe música para películas de acción como de animación, haciendo real el refrán “de vale lo mismo para un roto que un descosió”.

Hipo es un joven vikingo que suple la falta de fuerza con una gran inteligencia y corazón. Decepciona a los suyos porque no es igual que ellos, sin embargo sorprenden con su inteligencia y bondad capaz de hacer llevar la paz con los dragones a su aldea vikinga.

El colorido, la brillantez de las escenas y sobre todo, ciertos impactos visuales para quienes la vean en tres dimensiones harán las delicias de grandes y pequeños en una película con elementos fantásticos, una brillante descripción de los personajes centrales e incluso unos secundarios carismáticos además unos originales dragones.

Como entrenar a un dragón es apta para todos los públicos, a pesar de las influencias de Disney no cuenta con las canciones habituales y el guión tan desmenuzado para la tierna edad, subiendo un poco el listón de ser un productor dirigido a los 12 años, pero con el talante de hacernos llegar una película, que con la sonrisa inicial, llegarán las lagrimas finales