George Clooney la puso de moda con su look ligeramente descuidado y de un par de días a finales de los 90, y, desde entonces, cada vez más y más celebrities de Hollywood han ido sumándose a la moda de la barba. El vello facial suma años y es sinónimo de experiencia y masculinidad, alejándose del look andrógino y ligeramente femenino de los modelos de pasarela. Aunque lucir una en condiciones requiere tiempo y dedicación, y no siempre son aptas para cualquier puesto de trabajo (algunos informes sobre la percepción señalan que los hombres con barba inspiran menos confianza que aquellos que se aferran a la Cuchilla de afeitar cada mañana), nunca esta de más saber qué tipo y corte de barba le 'sienta' mejor a tu cara, del mismo modo que haríamos con un corte de pelo o un determinado color en el cuello de la camisa.

Lo primero y más importante: determinar el largo que queremos que alcance, en función de la forma de nuestro rostro. Una cara redonda, por ejemplo, parece mucho más redonda con una barba espesa, mientras que una breve perilla bajo el labio inferior ayudará a a alargar la cara y estilizar los rasgos; una cara alargada parecerá aún más delgada si la barba invade la zona del cuello: fundamental recortarla y no dejarla sobrepasar la linea del mentón. Si tu rostro es cuadrado, con la frente ancha alineada con los pómulos, la perilla recta tipo 'candado' mantiene el equilibrio entre los rasgos sin desentonar. Los rostros triangulares, en cambio, ganan con una barba espesa, ya que ocultan la barbilla puntiaguda, y refuerzan la línea del maxilar.

Además de los clásicos, existen más opciones para chicos más atrevidos o con mayor libertad de 'movimientos' con su look dentro de su entorno laboral: la barba rala de varios días, que a pesar de ser ligeramente más desaliñada que el resto requiere de un cuidado extra para no 'pasarse' y que parezca descuidada o sucia, ha sufrido un auténtico 'boom' tras la aparición de El Duque (Miguel Ángel Silvestre) en la televisión. La barba 'de chivo' (Brad Pitt, Angel en Gran Hermano 11) sólo es apta para unos pocos, y requiere de auténticos malabarismos a la hora de combinarla con el resto de nuestro atuendo para equilibrar la dosis de extravagancia que aporta a nuestro estilismo diario. .