“El hombre de hierro 2”
0:07Reparto. Scarlett Johanson, Robert Downey Jr., Don Cheadle, Mickey Rourke y Samuel L. Jackson. |
Y no lo tiene porque, desde hace ya muchísimos años, siempre hemos preferido el tipo de cine que hace pensar, reflexionar, que permite que nuestras neuronas se ocupen de algo, que se agiten, que hagan ejercicios, porque ellas, las neuronas, al igual que el cuerpo humano, necesitan ejercitarse.
Y viendo necedades le puede pasar lo mismo que a cualquier persona que se pase la vida entera pasando de la mecedora al sillón de la oficina y de ese sillón a la cama: su cuerpo se volverá fofo y carente de energía incapaz hasta de matar a una cucaracha.
“Iron Man”, la inicial, de todos modos era una variante del conjunto de “comics” creados por Stan Lee y su tropa (por cierto, cierto, ese señor, ya anciano, debe figurar entre los hombres más ricos del universo, tantos son sus personajes que se venden en papel, aparecen en tiras cómicas de los diarios del mundo entero, pasan a la TV y al cine).
Y la puesta en escena era lo suficientemente ágil como para que pasáramos casi dos horas entretenidos, algo a lo que ayudaba, y mucho, la presencia de Robert Downey Jr., cuya gracia personal y peculiar de excelente actor significaba un verdadero aliento.
Bien entonces, una buena comedia de aventuras con una historia no demasiado convincente pero que, tratándose de un “comic”, pues no resultaba demasiado molesta.
Pero luego, por supuesto, como el film hizo dinero a espuertas, ya la segunda parte estaba mandada a hacer, y el dinero sigue entrando en las alforjas de Stan Lee y, por supuesto, en las de los avispados productores, conscientes de que se iban a formar luengas colas para seguir con el chico con su traje de lata voladora.
Y, en efecto, cuando salimos algo adormilados del Bella Vista, ahí estaba la cola enroscada sobre sí misma en el vestíbulo. Y ahora el problema lo tenemos nosotros porque la película no nos gusta y van a ser miles y miles quienes van a comenzar a insultarme en sus comentarios.
Bien, Robert Downey Jr. sigue siendo un buen intérprete, sabe darle a su personaje ese toque entre serio y burlón precisamente para que no tengamos que tomarlo demasiado en eso, en serio, pero, por un lado, la historia es más rebuscada que ciertas novelas que mezclan la ciencia ficción con la fantasía que hemos ojeado en las librerías criollas.
Ahora con Tony Stark envanecido, vanidoso, poseído de su fama haciendo el payaso y exhibiéndose por todas partes casi siempre borracho, con su amada que parece todo menos eso, Pepper Potes, con una Natalia Rushman que luego resulta ser Natasha Romanoff que se sacan de la manga para excitar el morbo de los chicos y que ofrece toda una exhibición de prácticas de artes marciales al final para entusiasmo de sus “fans”,
Y con un Ivan Vanko que nos luce menos convincente que un candidato a diputado... de cualquier partido grande o pequeño.
Este último, por supuesto, todo un señor experto en física, se inventa una especie de látigo doble con el cual ofrece un “show”partiendo carros por la mitad aunque, como era de esperarse, no le atina a Stark ni de cerca, para que luego sea ayudado a salir de la cárcel por el villano que quiere hacerse el simpático Justin Hammer para que le invente unos seres por el mismo estilo de “Iron Man”.
Cosa que dice el Hammer que no hizo cuando en realidad si lo había hecho sólo que os tenía guardados a lo mejor en alguna frutería cercana.
Pero, claro, nos dirán que, como la vez anterior, no se trata de buscar ciencia real ni profundidad de miras en un “comic”. Pero es que, caramba, hasta en los “comics” hay que respetar ciertos principios, hay que calibrar bien los detalles de las historias para que el espectador no sienta que lo están cogiendo de... tonto.
Y, si a nosotros nos pareció eso, en realidad no es tal detalle lo que no nos permite elogiar este film, sino otro que parte del mismo principio y que corrobora aquello tan dicho y repetido de que “nunca segundas partes fueron buenas”.
Es que entre el guionista Justin Theroux y el director Fabreau han caído en el cliché de siempre en el cine barato y carente de inspiración: el inicio que parece implicar algo diferente, para luego ir cayendo en el esquema de siempre tan resobado: el enfrentamiento final, primero con el enfrentamiento con el responsable “intelectual” del tremendo lío que se ha formado, y luego, lo que los miles, millones de mozalbetes esperan en todas las naciones del mundo: la gran batalla final entre el bueno, el héroe, el querido y reverenciando personaje que representa el bien junto con su ayudante que reconoce que “se había equivocado” respecto a Stara, y el formidable genio del mal que, por supuesto es el feo de la historia, Ivan Vanko, con toda la pandilla de “drones”, o sea, como en las viejas vaqueradas baratas y no tanto, el “cowboy” del caballo blanco y su amigo inseparable que le reverencia y rinde culto, enfrentados a una pandilla de rufianes con las caras más feas que puedan imaginarse que les rodean artillados hasta los dientes.
O sea, que eso lo hemos visto docenas de veces, y esos que tanto brincan, se agitan y aplauden en sus asientos, también lo han visto docenas de veces, y muy adentro en su conciencia, lo saben, pero no pueden quedar mal frente a sus amigotes y bullen de entusiasmo.
En fin, la primera de la epidemia de siempre del verano, cine hecho para los millones y millones de adolescentes y no tanto que llenan las salas de cine en USA... y por estos lados.
FICHA
El hombre de hierro 2 (Iron man 2)
Dirección: Jon Fabreau
Guión: Justin Theroux, sobre personaje de Stan Lee
Fotografía: Matthew Labatique
Musicalización: John Debney
Intérprete: Robert Downey Jr., Gwynneth Paltrow, don Cheadle, Scarlett Johanson, Sa, Rockwall, Mickey Rourke, Samuel L. Jackson.
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