Para el año 2002, Jochy Pascual era una figura de la comunicación en ascenso. En dos años su carrera despegó vertiginosamente, logrando convertirse en la imagen de importantes marcas comerciales, participando en los primeros musicales del país y siendo uno de los animadores más solicitados.

Los planes y propuestas de este joven talento se frenaron todos de un golpe cuando en el 2006 sufre un accidente automovilístico que le cambió la vida. Hoy día se encuentra en la fase final de su recuperación y está decidido a retomar su espacio en la comunicación.

“Lo que más trabajo me ha dado es que la gente se de cuenta de que ya estoy bien y de regreso. Mucha gente me daba por muerto al principio, despues por mutilado, o que no iba a poder regresar a los medios de nuevo”, explica.

Más de dos semanas interno en cuidados intensivos, el dolor, más la incertidumbre de lo que realmente sucedería con él y los miembros de su cuerpo, lo llenaron de desesperación en aquellos primeros días de recuperación, en los que confiesa haber pensado en la muerte como alternativa.

Sin embargo, para este polifacético joven, todo esto es un pasado que le reta a superarse y volver en la conquista de sus sueños, aspiraciones en las que figuran grandes proyectos en las dos areas que le apasionan: el fitness y la comunicación. “Quiero hacer algo en mi carrera de comunicador pero algo que me inspire, que sea diferente, que emocione, que no sea más de lo mismo”, agregó.

Y para esto se manifestó dispuesto a elaborar una nueva propuesta para los medios; y mientras esto va tomando forma y sigue recibiendo propuestas, se confiesa entusiasmado en el área del fitness, más en estos momentos cuando ha recibido la oferta de un novedoso producto para ser su imagen.

UNA EXPERIENCIA TRANSFORMADORA
Recientemente participó en el reality local “La Finca”, que se transmite por Antena Latina.

El pasado domingo fue eliminado de la competencia, pero la experiencia, conforme a sus palabras, además de abrirle la puerta a nuevas oportunidades, cambió su manera de ver la vida.

“En La Finca, mi mayor lección fue que hay que hacerle caso a las cosas del corazón”, concluyó.