El sencillo “Colegiala” se escucha con fuerza en Centroamérica y Venezuela

David Soto y William Posada comentan entre risas que han llegado a la escena musical “volando” y es que estos venezolanos conforman el grupo Los Aviadores, cuyo primer sencillo, “Colegiala”, se ha convertido en un éxito en Centroamérica y Venezuela, además de que ya empieza a sonar en algunas emisoras estadounidenses.

“Decidimos llamarnos Los Aviadores por varias razones. En primer lugar entendemos el proyecto como una máquina que queríamos echar a volar. Queremos subir hasta lo más alto posible. Además, ambos somos unos apasionados de la aviación y yo, en lo personal, estoy ligado a este mundo”, declara Posada, de 28 años. Tanto él, como David Soto, son un par de ingenieros radicados en Miami desde hace algunos años. “Aunque en realidad nuestra pasión y nuestro sueño ha sido siempre la música”, apunta Soto, de 27 años.

“Estamos conscientes de que la industria de la música está deprimida, pero también nos sentimos muy seguros y confiados de la calidad de nuestro producto”, dice Posada, quien a la vez comenta que elegir “Colegiala” como sencillo no fue tan fácil “Teníamos como tres cóvers, pero sentíamos que nos faltaba algo. Hasta que Elio López, nuestro productor, nos recomendó que lanzáramos éste, pero con nuestra sazón”, explica William. “Entonces allí empezamos a averiguar toda la parte legal porque es un tema de Pastor López”, concluye. Grabaron el tema en varios géneros musicales como salsa y vallenato.

Como grupo musical no quieren ser encasillados dentro de un renglón, sino que se encaminan por la experimentación dentro de lo tropical. Eso sí, sin importar cuál sea el tipo de fusión que hagan para ellos es importante incluir dos instrumentos musicales: la caja de vallenato y el acordeón, “porque mezclados con otros instrumentos son los que le dan a nuestra música el sabor sabor que queremos”, el cual definen como un tropical contemporáneo “porque tenemos hasta guitarra eléctrica”.

En el disco también hay temas originales de estos artistas, cuyo proceso creativo es compartido. “A veces viene primero la melodía, luego la letra o viceversa. Grabamos algo hasta en el teléfono para que no se nos olvide. Después nos lo mostramos y empezamos a darle forma en conjunto”, relata William, cuya única referencia familiar dentro del mundo de la música es un tio suyo que alguna vez grabó una canción. “Se llamaba ‘Pobre paloma que ya ni se asoma’ y te juro que lo único que pensaba era que si algún día me relacionaba profesionalmente con la música daría lo que no tengo por no ser como mi tío”, comenta entre risas.

Por su parte, David sí viene de una familia de músicos. La amistad entre estos jóvenes es a prueba de balas. Crecieron juntos en Maracaibo, Venezuela. Comparten, además de recuerdos de toda la vida, la pasión por la música y la determinación de querer echar a volar este proyecto musical.
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