El espectáculo “Los tres temores”, que regresó a cartelera y por primera vez presenta una temporada en el Palacio de Bellas Artes, donde debutó el pasado viernes con notable éxito y concitó la atención del público para todo el fi n de semana.

Irving Alberti, Luis José Germán, Kenny Grullón y Amaury Sánchez abrieron la nueva etapa de su show cómico musical, con una propuesta totalmente nueva y diferente ante un público que se lo gozó hasta más no poder.

Estos cuatro personajes tienen la virtud de poner al público a sus pies una vez salen a escena; claro, hay que destacar que antes de su salida fueron precedidos por una producción especial que preparó el ambiente para ellos.

Lo primero fue que haciendo uso de su amis- tad con Yolanda Martínez, Roberto Cavada, Milagros Germán y Tania Báez, parodiaron los programas que conducen estos comunicadores en un “opening” muy bien logrado.

Su aparición fue sorprendente pues nadie esperaba que los cuatro emergieran desde abajo de la tarima por medio de una plataforma en ascenso, que, conjugado con efectos de luces, parecía la fabulosa entrada que Michael Jackson hacía en sus conciertos.

Una vez sobre la tarima empezaron a parodiar los grupos juveniles o “Boys Bands” de los años ochenta, como Magneto, Los Chamos, Menudo y Los Chicos, que la concurrencia disfrutó de buena gana dejando claro lo acertado del segmento.

“Para nosotros es un placer regresar con el show ‘Los tres temores’ esta temporada y agradecemos la presencia y apoyo de todos aquí”, dijo Alberti.

POR DENTRO
MÁS DEL SHOW: A seguidas los cuatro iniciaron sus rutinas individuales de chistes, canciones y parodias que mantuvo el ánimo del público durante todo el trayecto de la velada.

El monólogo de Irving gustó mucho al público y, dada la jovialidad y desplazamiento escénico, su personalidad captó la atención del público sacando grandes carcajadas con el personaje de mujeriego que asume en el show.

Luís José Germán tiene el rol del niño bueno del grupo, con el cual logra sintonizar con el público femenino por la sensibilidad del personaje.

Kenny Grullón en su rol explosivo desternilla de la risa con sólo hablar, sorprendiendo con sus salidas y repentismos en escena.