El impasse se da con los empresarios que lo contrataron para una presentación “benéfica” a través de una iglesia en Long Island, que lo acusan de haber violado las condiciones de su entrada, publicó ayer el periódico El Nuevo Diario en su página digital.

La demanda civil contra Omega y sus manejadores fue sometida por la presidenta de la empresa Trivecca Entertaiment, LLC, Karen Saltau, a quien supuestamente los representantes del merenguero se niegan a devolver el dinero que les entregó y quisieron rebajar el porcentaje acordado para ella, reseñó El Nuevo Diario en una nota firmada por Miguel Cruz Tejada.

El artista es representado en Nueva York por Kaylont Bogt, quien figura como principal sometido en la demanda, agregó.

El lunes, LISTÍN DIARIO publicó que el representante exclusivo de Omega (Johnny Montaño) firmó un contrato con el veterano empresario dominicano Félix Cabrera, radicado en Nueva York.

Este acuerdo contractual le permitirá a Omega llevar de la mano de este empresario su música al Madison Square Garden.

La presentación en el Madison sería en noviembre, junto a dos reguetoneros puertorriqueños. Este convenio no está envuelto en la litis.

El conflicto
Las partes tendrán que volver a la corte con un acuerdo firmado o de lo contrario, el juez cancelará todo, incluyendo la visa del artista. La fecha límite para ese pacto es el 23 de septiembre, indicó la información de Cruz Tejada.

El reportero averiguó en fuentes del Departamento de Estado sobre el tema y se clarificó que la visa del artista es del tipo P-1 que se otorga a extranjeros que viajen a Estados Unidos para laborar en una organización de tipo religioso.

Se detalló que un juez de la Corte de Reclamos Civiles en Nueva York ordenó que Omega sólo pueda presentarse en un evento organizado a través de una fundación y que no pueda realizar presentaciones fuera de Long Island.

El juez citó a las partes para el martes 21 de septiembre. Omega, habría recibido un anticipo de 200 mil dólares a través de una transferencia bancaria hecha a su cuenta en Santo Domingo, escribió Cruz Tejada.