La pareja aseguran que todo marcha bien, que no hacen caso de los chismes que surgieron tras la boda y están más unidos que nunca

Pablo Montero y su esposa, Carolina van Wielink, llegaron ayer en la tarde a las instalaciones de Televisa tomados de la mano y muy sonrientes. Ambos dijeron a la prensa, según reseña Agencia México, que todo marcha bien y que están enfocados en el nacimiento de su bebé.

“Se me hacen comentarios absurdos [los chismes que surgieron tras la boda], jamás hemos pensado en eso, jamás lo hemos hablado, creo que si te casas es para siempre, así será”, expresó la recién casada. Por su parte, el cantante agregó que “lo importante es que estamos muy unidos, muy sólidos y estamos con Dios y Él está con nosotros”.

Montero dejó claro que no tiene preferencias respecto al sexo del que será su tercer hijo, pues lo que se le hace importante es que nazca sin dificultad. No obstante, ya la pareja se puso de acuerdo con los posibles nombres. Si es niño se llamará Óscar, en honor al hermano fallecido del intérprete, de lo contrario se llamará Carolina.

Con estas declaraciones la pareja deja atrás las versiones de un divorcio inminente, como consecuencia de un supuesto acto de infidelidad que Montero habría cometido en plena fiesta de bodas.