Me encanta Carmen dell’Orefice, sobre todo en su última etapa, con sus cardados y sus afiladísimos rasgos de Gran Dama del hielo. Aunque, claro, ¿quién puede olvidar sus años con Richard Avedon?; ¿quién no la recuerda saltando con un paraguas?; ¿o mirando fíjamente de un Harper’s Bazaar?.

Debutó en Vogue con solo 15 años, protagonizó cientos de campañas, innumerables portadas en las mejores revistas y se convirtió en musa de Salvador Dalí. Toda una vida de glamour que explotó en 2008… Víctima de uno de los mayores fraudes fiscales en Estados Unidos, llevado a cabo por Bernard Madoff (que terminó condenado a 150 años de cárcel), Carmen dell’Orefice perdió todo su patrimonio y tuvo que volver a trabajar con 77 años.

Ahora, pasados los 80, sigue sentada cómodamente en el trono de las Supermodelos. Y yo, mientras tanto, sigo invocando al diablo cada noche para hacer un pacto…