...ha producido millonarios jóvenes, adolescentes o incluso niños.

El propio Jackson sacó de la pobreza a su familia por medio de Los Jackson Five, el grupo formado junto con sus hermanos como parte del Sonido Motown de los 70.

Son artistas que pueden adquirir todo lo que tenga un precio.

Robbie Williams tenía 29 años cuando se le ocurrió gastar 10 millones de dólares. No se sabe cuánto caviló o qué lo llevo a tomar la decisión, pero al final dijo: “Me voy a comprar un castillo del siglo XVIII en Sussex”. Y lo hizo.

Por lo menos en su caso, el gasto puede traducirse en una inversión a futuro. En cambio, Britney Spears lo despilfarra.

Al mes gana unos 737 mil dólares, según la presentación fiscal que consta en los tribunales donde pelea la custodia de sus hijas. Esos mismos documentos revelan que en lugar de invertir su dinero en bienes raíces o bonos del gobierno, Spears gasta 102 mil dólares al mes en “entretenimiento”, 16 mil en ropa y 4 mil en salir a cenar a algún restaurante de comida exquisita.

En su caso, parece que dinero no llama dinero.

Recientemente se conoció que las finanzas de Lindsay Lohan atravesaban un bache debido a su costumbre de gastar hasta un millón de dólares en una cuenta de hotel, y a que sus adicciones a las drogas representan un gasto mensual de 137 mil dólares en clínicas de rehabilitación, y ni hablar de los días en que sale de compras.

Pero si de frivolidad se trata, la gemela Mary Kate Olsen es una muestra unívoca. Junto con su hermano Ashley ganan unos 21 millones de dólares al año. En la lista de “Pequeños ricos” de la revista Forbes ocupan el segundo lugar. Y es notorio saber que el pasatiempo favorito de Mary Kate es correr desnuda, ataviada con joyas, por su departamento.

Actualmente, los jóvenes millonarios que se dedican a la farándula suelen ganar más notoriedad por sus excesos que por su talento. Y sobre ellos se podría sentenciar un verso de José Alfredo Jiménez: “Tengo dinero en el mundo / dinero maldito que nada vale, / aunque me miren sonriendo / las penas que traigo ni Dios las sabe”.