DEMASIADA COMPETENCIA PARA ELSA PETAKY

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Está enamorada y la suya es una historia de verdad, de carne y hueso, sin trampa ni cartón, y sin agentes de marketing planificando las entradas y salidas de cara a los medios. Desde el día que Elsa Pataky se cruzó con Adrian Brody en el pasillo de la casa de su profesora de inglés en Los Angeles, todo fue diferente. La actriz perfeccionaba el acento de cara a una película y Brody daba clases de español para su trabajo en «Manolete», el filme no estrenado (hasta la fecha) y eso que se anunciaba como una de las producciones más ambiciosas, con figuras de primera línea en el reparto como es el propio Brody y la actriz Penélope Cruz, además de la colaboración del diestro Cayetano Rivera, para asesorar al actor y encandilar a la Lupe (Cruz) con sus ojos verdes en una escena del rodaje.

A Elsa no le gusta hablar de su vida privada pero tampoco huye ni monta numeritos. Simplemente confiesa que es muy feliz al lado de Adrian, que está muy enamorada y que no sabe si se casará. Natural y encantadora. Las maneras de Pataky se agradecen en unos tiempos donde muchos famosos se ponen de los nervios, cual ataque de histeria, cada vez que alguien les menta a su pareja. El ejemplo más cercano es el del actor Javier Bardem, el gruñón de moda, que se ha propuesto caer mal a todos los reporteros y no sólo lo está consiguiendo sino que en ese camino puede llevar a su actual pareja, Penélope Cruz, más inaccesible desde que se enamoró del que fuera su compañero de reparto en «Jamón, jamón» (eran dos jovenes llenos de ganas de triunfar) y con el que en agosto promocionará la película que protagonizaron para Woody Allen el pasado verano en Barcelona.
Elsa también pasó por Barcelona (esta semana hasta la Princesa Letizia fue a la Capital Condal para entregar unos premios y sorprender con parte de su discurso en catalán. ¿Hará lo mismo en otras autonomías?) y el motivo era amadrinar la nueva línea de productos capilares Tresemme durante una cena que contó con Boris Izaguirre y Ana García Siñeriz como maestros de ceremonias.
Con un vestido corto palabra de honor negro, Elsa simplemente estuvo adorable. Desde hace tiempo reside en Los Angeles con su pareja y allí busca su hueco en el mundo cinematográfico. Es la primera en darse cuenta de lo difícil que lo tiene. Rubias, de ojos azules y rasgos nórdicos, hay a puñados. Penélope lo tuvo más fácil con sus rasgos de mujer latina. Pataky es consciente de que tiene que esperar y rezar para que llegue su oportunidad. Puede vivir gracias a sus trabajos publicitarios y a seleccionadas ofertas que le permiten decir que no siempre y cuando se lo pida el cuerpo.
Otra mujer que esta semana ha conquistado a los medios es la esposa del mandatario galo, la ex modelo Carla Bruni ahora señora de Nicolas Sarkozy, que viajó hasta el Reino Unido en su primera salida oficial y deslumbró nada más aparecer por la escalerilla del avión para pisar suelo británico. Con un «look» a lo Jacqueline Kennedy sólo que firmado por la casa Dior, estuvo espectacular.
Lo mejor el tocado y lo más llamativo las joyas de Chaumet que lució tanto de día como de noche. Por primera vez, Bruni se ha dado cuenta de cuál es su papel y qué espera de ella el pueblo galo. La meca de la moda es y seguirá siendo París: pues qué mejor que una top model. Por frívolo que parezca a eso también se le llama hacer Patria.
A punto de hacer maletas para salir de gira, David Bustamante alternó esta semana la música con la presentación de la nueva colección baño de Speedo. Disfrutó recogiendo regalos para el hijo que espera de su mujer Paula Echevarría y que nacerá en agosto: un bañador con flotador incluido y una toalla albornoz para los primeros chapuzones.
Quien aparte de espectacular (salta a la vista) resultó encantadora fue la modelo brasileña Gisele Bundchen que viajó hasta Ibiza para presentar la nueva colección de gafas Vogue a la que presta su imagen. Gisele gana en las distancias cortas y tras conocerla muchos no entienden cómo Leo Di Caprio dejó que se fuera por otras pasarelas. Divertida, dispuesta a conocer lo mejor de la isla, y profesional como pocas a la hora de posar, la Bundchen fue un regalo para la vista. Por supuesto dijo la frase-coletilla de todas las celebrity que viajan a España. «Me encantaría trabajar con Almodóvar». Pues ya sabe, habrá que gritar Pedrooooooo

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