La ‘obsesión’ del público por ver al grupo Aventura pudo más que el torrencial aguacero que azotó sin piedad a los asistentes al Reventón Bohemia. Más de 20 mil jóvenes abarrotaron el estadio Quisqueya la noche del sábado con la firme determinación de disfrutar de los “Reyes de la bachata”.

La lluvia, que se inició aproximadamente a las 8:40 de la noche, casi al mismo tiempo en que subieron a escena los presentadores, Anabell Alberto, Irving Alberti y Luis José Germán, los que recibieron del público las primeras ovaciones.

Pero contrario a ver la inclemencia del clima como un problema, los jóvenes se dedicaron a disfrutar de la variedad de estar mojados en un concierto, bailando y gozando del recital al máximo. Esta devoción por un grupo de artistas locales demuestra que ya no hay que ser Juan Luis Guerra para llenar un aforo tan amplio como el Quisqueya.

Y esa devoción demostrada, dadas las condiciones ambientales, prueba que el público joven de aquí está ávido de este tipo de conciertos, donde se disfruta sanamente y los artistas de aquí reciben un apoyo en su casa. “Este es el mejor público del mundo”, manifestó emocionado Romeo, al escuchar cantar a los miles de personas que, totalmente mojados, les veían dar lo mejor de su arte. Algunos vinieron de otros países, como Canadá, Venezuela y Europa, según reporta Ticket Express.

Aventura, que logró cambiar la bachata llevándola a un público joven al exhibir una estética visual en consonancia con este sector de la audiencia, demostró aquí su poder de convocatoria y hace entender el porque de la preocupación ante su posible desintegración.

El concierto

A las 10:15 de la noche se encendieron las luces del escenario y empezaron a ocupar sus puestos los músicos. Esto provocó la histeria de la audiencia y una parte de ellos empujó la verja que dividía las áreas y pasaron al VIP, sin que los miembros de la seguridad pudieran hacer nada. Esto no tuvo mayores consecuencias porque la actitud era gozarse el concierto que ofrecía Aventura.

Romeo, quien habló mucho al público durante su actuación, en la que no sólo interpretaron sus canciones. En un momento del recital, realizaron un concurso en el que dieron 2,450 dólares al que pudiera cantar el tema “Ella y el”, que grabaron con el reguetonero boricua Don Omar. Luego de varios que intentaron y no pudieron, un joven subió y la cantó, sin fallar, ganándose los dólares.

En otra parte del show, la beneficiada fue una chica. “Queremos una gordita”, dijo Romeo, pero advirtió que la que subiera fuera mayor de edad. Subió entonces una chica con el sobrepeso indicado e iniciaron las notas del tema “Un beso”. Sentados en un sofá, Romeo besó a la chica y la audiencia vió a través de la pantalla gigante que estaba detrás del escenario, la cara de felicidad que puso esta.

Todos los grandes éxitos del grupo fueron interpretados en medio de una tarima de la que brotaba abundante humo o fuegos artificiales. Luego de “Cuando volverás”, se despidieron. Habían pasado dos horas y media... el público pedía más. Este espacio fue aprovechado por Max, quien trajo al frente al jovencito rapero, El Soprano, a quien en breve lanzarán con el sello Max Musick. Sin miedo al gran público al que se enfrentaba, el chico de 16 años improvisó un rap.

Luego de esto, los músicos ocuparon su sitio para interpretar “Corazoncito”, en el que un gran corazón bajó desde arriba del escenario, lleno de fuegos artificiales. Así cerraron una noche inolvidable, para el público y para ellos.

WASON BRAZOBÁN

Mojado y caliente
El cantautor Wason Brazobán fue el encargado de abrir el concierto. Con sus canciones empezó también el aguacero. Este joven cantante es uno de los que goza de más popularidad en el ambiente artístico local y recibió de parte del público una gran ovación.

La audiencia, que empezó a aplaudirle al ver su imagen en las pantallas gigantes cantó con él unas cuantos de sus mejores temas.

“Manos vacías”, “Me dañaste la vida” y la popular “En un solo día”, Wason demostró nueva vez que su popularidad es grande y que un concierto suyo y de otros jóvenes intérpretes, en un aforo grande como el estadio Quisqueya sería bien recibido por la audiencia.