GRAN CELEBRACION A RITMO DE TAMBORA EN PUERTO RICO
16:11 No podía dejar de bailar. Hablaba y se meneaba, cantaba y se meneaba, escuchaba y se meneaba.
Leonardo Figueroa procuró levantarse temprano ayer, domingo, para estar temprano en la celebración del primer “Festival Brugal del Merengue”, que se llevó a cabo en el estadio Hiram Bithorn en San Juan.
“Esto ha estado súper... hasta abajo. Me ha encantado la belleza del día, y lo mejor de todo, el merengue, que sigue vivo. Hay merengue pa' rato”, dijo este puertorriqueño, de 24 años, quien bailaba junto a Yashira Hernández, también de Puerto Rico y de 20 años de edad.
Al igual que esta pareja, cientos de personas, en su mayoría puertorriqueños y dominicanos, se dieron cita a este evento que evidenció que en la Isla existe un público ávido de escuchar y bailar el pegajoso ritmo dominicano que en los últimos años no cuenta con gran difusión radial.
El festival inició a las 12:00 del mediodía con la música de Juan Castillo. Le siguieron N3 Amigos, Melina León y Francisco Uyoa, quien puso a bailar a los presentes con su sabroso merengue ripiao.
El calor azotaba sin compasión, pero a eso de las 3:00 de la tarde una leve brisa sirvió de consuelo a los bailadores quienes salpicaban sudor con cada vuelta.
En este evento todo se trataba de la rapidez de las piernas, de los pies y de las caderas, así como del goce de los rostros.
El estadio se convirtió en una gran pista de baile donde tanto chicos, com adolescentes y adultos se contonearon a su antojo. No faltó el ron Brugal, ni las cervezas, ni las frituras, cuyo olor se esparcía con cada brisita.
La mayoría de los presentes eran jóvenes que se las ingeniaban a la hora de bailar, como lo hicieron los integrantes del grupo de baile Los Compa, quienes se distinguían por sus camisetas de color fucsia.
Denisse Cruz y Víctor Aponte, de Río Grande, coincidieron en que este festival era una manera de unificar a República Dominicana y Puerto Rico.
“A veces no todos nuestros hermanos dominicanos pueden viajar a su país y eventos como éstos son una manera de traer a sus artistas preferidos para acá para que ellos y nosotros disfrutemos”, manifestó Víctor Aponte.
Las banderas, a diferencia del Día Nacional de la Salsa, escaseaban. Se podía apreciar una que otra dominicana entre el público, pero no más. En la tarima, en cambio, flotaban la monoestrellada y la bandera dominicana.
“Sé que este evento todavía no se puede comparar con el Día Nacional de la Salsa, pero definitivamente a los puertorriqueños les gusta el merengue”, destacó Direlis Colón, de 39 años, quien se declaró boricua de alma dominicana.
La adolescente de 17 años, Adriana Cedeño, de La Romana, disfrutaba con su familia del evento y destacó que este festival les permitía a ella y a su familia estar en contacto con su cultura dominicana.
La cayeyana Arelis López, de 28 años, también bailó cuanto merengue tocaron, sobre todo los que vocalizó Bonny Cepeda. Lo mismo hicieron José Marrero Vega y Héctor Bello, ambos de Carolina.
La música paró en un momento para que el alcalde de San Juan, Jorge Santini, declarara el último domingo del mes de julio como el Día Nacional del Merengue. El incumbente fue recibido entre aplausos y abucheos mientras un avión daba la vuelta al estadio con la frase: “Únete al cambio Ferdinand alcalde de San Juan”.
La tarde continuó con movimientos de caderas, risas, artesanías dominicanas y con la música de Mayombe, Joseph Fonseca, Lími-T 21, Milly Quezada, Grupomanía y el cierre con Los Hermanos Rosario, a quienes se le rendiría un tributo por sus 30 años de trayectoria musical.
A las 10:00 de la noche se transmitiría en pantalla gigante el cierre del “Festival Brugal del Merengue” en República Dominicana, donde este evento se lleva celebrando 41 años.
Además de una actividad para unir a Puerto Rico y República Dominicana, este festival apoyó a la entidad sin fines de lucro Hogar Casa Cuna de San Juan al donar $2 de los $5 del boleto de entrada.
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