DROGAS Y VAMPIROS EN EL CINE DOMINICANO
1:48Espero que la gente goce”, es lo que dice Alfonso Rodríguez, al hablar de lo que espera de “Al fin y al Cabo”, su último trabajo cinematográfico que desde ayer está en las salas de cine del país. Rodríguez es coherente. No pretende hacer un cine que no sea para llevar público, no le obsesiona hacer una pieza que solo guste a un sector más exigente, pero reducido de la audiencia.Apostando en terreno seguro, pone en los hombros de dos expe- rimentados y conocidos comediantes, el peso de su película. Miguel Céspedes y Raymond Pozo hacen lo que mejor saben en esta historia, de difícil catalogación. Es una comedia policíaca o una comedia de terror, o las dos.
Al igual que Balbuena, El Joe y El cabo Azulado, llegan a la gran pantalla luego de darse a conocer en comedias de la televisión. En esta oportunicad se enfrentarán a un grupo de enemigos dignos del Santo, el enmascarado de plata, y Blue Demon: vampiros traficantes de drogas.
Pero en el mundo del celuloide todo es posible y si aquí los espectadores se tragan filmes con historias tan disparatadas como esta solo porque vienen de Hollywood, ¿por qué reprocharles a nuestros productores que lo hagan?
De qué va...
“Al fin y al Cabo” es un experimento extraño dentro de nuestra filmografía, ya que cuenta con efectos especiales, maquillaje y personajes (vampiros) que no habían sido usados en el pasado. En el filme, producido por Antena Latina Films, su director, Alfonso Rodríguez, tiene un papel de cierta relevancia.
En esta película, como en las anteriores de esta productora, participan actores y actrices extranjeros. La Beba Rojas, Carlos Mesbler y Moncho Martínez, de Venezuela; Gabriel Porras e Ivonne Montero, de México, y Ana Carolina Da Fonseca, de Brasil.
Nuestro cine es agrio, pero...
El cine dominicano sigue adelante y bien o mal, lo importante es que no se detenga la realización de las producciones. “Al fin y al Cabo”, el quinto largometraje de factura local que llega a las salas en lo que va de año, desde ayer se proyecta en los cines del país.
El filme tuvo su premier el pasado miércoles en el salón la Fiesta del hotel Jaragua con la presencia de los actores Raymond Pozo y Miguel Céspedes y los venezolanos La Beba Rojas, Carlos Mesbler y Moncho Martínez.
Al hacer uso de la palabra, los actores extranjeros manifestaron su orgullo de haber trabajado en la producción dominicana. “No es fácil hacer algo simpático, algo bonito, es un orgullo” expuso Martínez, conocido por su participación en el programa “Que locura” de Venevisión, al finalizar la función de estreno.
De su lado, La Beba Rojas llamó a los realizadores dominicanos a “que todo lo que se hace acá sea de calidad, de exportacion, es un orgullo para ustedes y nosotros”.
El realizador Alfonso Rodríguez vuelve a la carga con una historia que se debate entre la comedia, el género policíaco y el terror con los humoristas Raymond Pozo y Miguel Céspedes en los roles principales.
La historia que narra la cinta, escrita por Félix Peña, José Miguel Bonetti y el propio Rodríguez, recuerda a las aventuras que protagonizaban El Santo y Blue Demon en las que se enfrentaban a toda clase de monstruos, desde momias, científicos locos, hombres lobos y por supuesto, vampiros, (que son los enemigos de los héroes de la presente obra cinematográfica).
En ese orden, el Joe (Céspedes) y el Cabo Azulado (Pozo), enfrentan a una red de seres draculescos que, aparte de chupar sangre, trafican drogas. Rodríguez hace un juego visual interesante y una suerte de edición, al arrancar la nueva historia en la última secuencia de su anterior película, “Play Ball”.
De esta manera, incerta las escenas de la nueva historia con las de la precedente.
Esta obra ratifica a Rodríguez como un artesano, del que no se define estilo y que se enfrenta igualmente a dramas sociales como “Yuniol” y a comedias como “Un macho de mujer”, filmes distanciados en cuanto a su trama y tratamiento.
Al igual que en anteriores productos de aquí, como “Andrea” y “Enigma”, se destaca el uso de novedoses efectos especiales poco comunes en nuestra cinematografía.
Ahora bien, el público más exigente tiene mucho que reprochar a este filme empezando por la disparatada historia (alguna razón habrá para que en los créditos no aparezca la palabra guión, sino libreto).
En segundo lugar, se reprocha al cine local por el uso de actores y personajes de las comedias de la televisión. En este caso, el cabo Azulado y el Joe hacen lo mismo que en la pantalla chica, y buscan sacar la risa del público apelando, principalmente a los juegos de palabras y expresiones que entiende el dominicano.
El audiovisual contiene situaciones propias de cintas de géneros distintos como cuando Karla (Ivonne Montero) en un momento de acción, su ropa y sus movimientos, recuerdan a Lara Croft, que interpreta Angelina Jolie en las dos versiones de Tomb Raider o a filmes tan extraños como Del crepúsculo al amanecer (“From Dusk Till Down”), de Robert Rodríguez.
“Al fin y al Cabo” no ha sido realizada para ser llevada a festivales internacionales y, según Rodríguez, su intención es que la gente se divierta y que sea una cinta rentable, que proporcione los recursos para continuar con las producciones.
Antena Latina Films presenta su quinto largometraje con Alfonso Rodríguez a la cabeza. La trama de la cinta gira en torno a la investigación de dos agentes del FBI quienes buscan a El Duque, jefe máximo del cartel de drogas mundial. Los agentes Wilson (Gabriel Porras) y Karla (Ivonne Montero) llegan a República Dominicana donde requieren la ayuda de el Joe y el cabo Azulado.
El reparto
Actúan, además, Gabriel Porras (Agente Wilson); Ivonne Montero (Karla); Beba Rojas (Fefita); Carlos Mesbler (López); Moncho Martínez (Bacalao); José Manuel Rodríguez (Brown); Toby Medina (Medina); Ana Carolina Da Fonseca (Ingrid); Evelina Rodríguez (Mayra); Marcos Bonetti (Niño Extraño); Alfonso Rodríguez (Figura Alta); Frank Suero (Bacalao).
Con el mismo equipo
Alfonso Rodríguez trabaja nuevamente con el mismo grupo de profesionales con los que ha realizado sus anteriores filmes. En la imagen sobre estas líneas, el director de fotografía venezolano Eduardo Ferro. En la edición repite Jean Guerra Vega, en la musicalización Gustavo Rodríguez y Kendy Yanoreth, producción.
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