Lindsay Lohan ha hecho de su vida un material ideal para los tabloides faranduleros, sin embargo, no son sus triunfos profesionales los que le han hecho ganar los titulares de estos, sino las inesperadas acciones que realiza.
Sus sesiones fotográficas con escasas prendas, salidas con Paris Hilton y Britney Spear, su confirmado lesbianismo y cargos por conducir ebria, con algunos gramos de cocaína en su vehículo, son solo algunos de los escándalos que transformaron la imagen tierna que proyectaba en los filmes que le dieron a conocer en la irreverente joven que hoy es.

Paradójicamente sus inicios en el cine los tuvo en su niñez cuando con peculiares pecas y cabellera pelirroja interpretó a dos gemelas en la película “Parents Trap”, no obstante, fue en las producciones dirigidas a adolescentes, como “Mean Girls” y “Freaky Friday”, con las que conoció la fama.

Además de actuar, la música era una de sus pasiones por lo que en el 2004 se embarcó en su primer proyecto musical el cual denominó “Speak”.

Aunque el salto de la actuación a la música pareciera una idea descabellada o al menos arriesgada, su primer disco superó los cuatro millones de copias vendidas.

Mientras cosechaba éxitos, su vida familiar era cada vez más complicada. La relación con su padre era muy mala debido a que este se pasaba la mayor parte del tiempo en prisión por los delitos que cometía.

Su madre se mantuvo a su lado supervisando su carrera hasta que esta cumplió la mayoría de edad, luego la actriz se mudó sola. Dina Sullivan, progenitora de la también cantante protagoniza actualmente un “reality show” en el que muestra el día a día de su vida, donde Lindsay no tiene ningún tipo de participación.

El corazoncito de Lohan desde hace más de un año esta ocupado por Samantha Ronson, el inicio de su relación fue una de las grandes sorpresas que ha ofrecido la estrella de cine, pues se desconocía su gusto por las mujeres. Ambas viven bajo el mismo techo.