UNA PUESTA ESPAÑOLA DISTINTA A LA ESCENA
0:15El cine y la literatura han continuado la saga clásica de historias de mujeres que pasan como hombres para sobrevivir y hacerse notar en sociedades donde se les adversan. Desde que el cine nació calcó modelos femeninos luchando con pantalones largos y bigotes postizos. La literatura ha acudido a la ficción para realzar este valor en íconos que trascienden de generación en generación. El escritor cubano Antonio Benítez Rojo dejó como legado “Mujer en traje de batalla”, la historia de una emigrante que llega al Caribe y contribuye al desarrollo científico, algo que no podía materializar “vestida de mujer”.
El teatro también ha tocado el tema con lujo de detalles. En muchos casos con versiones literarias que han trascendido fronteras.
II
Son espontáneos, naturales y dinámicos. Saben cómo meternos dentro de los personajes que interpretan y, con ellos a cuestas, llevarnos al Siglo de Oro español, cuando los sables, vihuelas y coches desbocados viajaban como escudos del imperio. José Maya logró lo más difícil: formar un equipo donde nadie sobresale y todo funciona a la perfección.
Ellos no sólo nos hicieron reír y pasar un rato de franca distracción. Ellos nos dijeron que es posible traer el ayer sin pérdidas ni caídas, siempre y cuando se haga como se debe.
Eran ocho actores vestidos a la usanza epocal; diez sillas y un guitarrista que mantuvo el ritmo de la obra como un personaje más. Tal vez, el verdadero protagonista.
Sin ruidos ni estridencias, y armados con un rigor profesional que sobresalía en cada movimiento escénico, la Compañía José Maya concluyó aquí su gira latinoamericana que la llevo también por El Salvador y Colombia. Olían a escuela. A años de bregar detrás de las tablas en busca de la perfección.
Una hora de función en la sala del Palacio de Bellas Artes fue suficiente para preenciar una esmerada versión de “La mujer por fuerza”, obra de Tirso de Molina, clásico del Siglo de Oro, quien residió en Santo Domingo durante algunos años, y en donde, según apuntes de Pedro Henríquez Ureña, supuestamente escribió algunas de sus obras fundamentales, difundidas en España. Una sola función nos dejó el sabor de la gloria efímera. Y aunque nuestros dramaturgos, (Manuel Chapuseaux entre ellos), han trabajado también con acierto la picaresca española, hubiera sido factible otro encuentro para que más dominicanos y dominicanas admiraran, entre otros aciertos, la manera de “decir” los parlamentos del libreto por los actores, sin hacer notar que fueron escritos hace un poco más de 500, la sencilla y adecuada escenografía, las excelencias el vestuario y maquillaje y las esmeradas actuaciones.
UNA HISTORIA DE ENREDOS Y AMORES
Sinopsis: Narra la historia de Finea, quien, secretamente enamorada del Conde Federico, decide convertirse a toda costa en su mujer, sin saber que Federico, por su parte, está rendidamente enamorado de la noble dama napolitana Florela, a quien ha dado prendas de casamiento.
Para conseguir su objetivo de convertirse en “mujer del conde por fuerza” no dudará en disfrazarse de hombre, entrar a su servicio como escudero, seguirle hasta la corte de Nápoles e idear y ejecutar toda una serie de ingeniosas estratagemas que están a pique de volver loco al bienintencionado Federico
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