¿Que se esconde en el cerebro a la hora del erotismo?¿Cuáles son las fantasías más frecuentes?

El cerebro es el principal órgano sexual pues desencadena y regula las sustancias químicas y mecanismos tanto de la psique como del organismo que se relacionan con estímulos y respuestas sensoriales, excitatorias, eróticas, etc.

La contracara de esto es que el cerebro es también la sede de la mente que estructura lo que llamamos el ego, la personalidad o la conciencia. El problema es que si el cerebro y la mente no lo permiten, resulta imposible sentir placer sexual.

Las fantasías eróticas, en relación con la sexualidad, el juego y el erotismo en general, funcionan como sustitutas o disparadoras del deseo y de la misma práctica sexual. También funcionan como recursos que nos afianzan como seres sexuales donde ejercen el rol de desahogo de otras potencialidades del individuo. Obviamente, en ese plano individual, la fantasía erótica sirve para ‘ponerse a tono’, para ayudar a excitarse, solos o en pareja. Y cuando no hay pareja cerca, sirve para ensayar mentalmente experiencias potenciales.

Durante las actividades diarias, se puede llegar a fantasear en multitud de ocasiones, especialmente en las más rutinarias como trabajar, conducir, hablar por teléfono, ducharse, pasear, incluso teniendo relaciones con la pareja. Pero cuando el cerebro no está preparado ni ejercitado para ello, cualquier estímulo erótico, incluso aplicado en los mismos genitales, llevará a no sentir placer sexual.

Los principales temas de las fantasías eróticas.

Entrega del control/sumisión:
No se tiene el control sobre lo que acontece, hace o se espera de uno/a, o bien se lo han arrebatado o lo ha cedido a otra persona. Permite desinhibirse y explorar abiertamente aspectos de la propia sexualidad. Un ejemplo claro es fantasear conuna violación, subyugando a una victima. Simboliza, la fuerte presencia de mecanismos controladores y represores en los diversos entornos sociales, y la urgencia por liberarse de estos.

Con una persona del mismo género:
Representa una atracción hacia las cualidades del propio género, no la relación física entre dos personas del mismo sexo. Tiene aquí cierta importancia el deseo de transgredir los roles asignados a cada género.

Con una o varias personas desconocidas:
Lo nuevo es asociado con algo muy excitante; en este caso, puesto que el autocontrol y las inhibiciones siempre asoman, sería un híbrido entre lo nuevo y lo conocido.

Mostrarse/exhibirse sexualmente deseable:
La mayoría de personas desean ser encontradas atractivas por alguien. En estas fantasías se elige como se presentan en público frente a los demás, ya sea con vestimentas sugerentes o bien desnudas, con el objetivo de provocar una clara atracción erótica. Esta modalidad simboliza, la posibilidad de explorar el sexo con parejas múltiples, pero también una posible insatisfacción por la autoimagen corporal, o bien su opuesto, una tendencia narcisista.

Experiencias o parejas anteriores:
Dado que la mente que fantasea no establece fronteras nítidas respecto a la noción del tiempo, lo que funcionó o resultó excitante en el pasado puede serlo de nuevo. Puede simbolizar un reflejo del aburrimiento sexual con la actual pareja o en ausencia de pareja. También, quizá una necesidad de mayor implicación emocional.

Dominar o guiar a otra persona:
Es el reverso de las fantasías de Entrega del Control/Sumisión. Es, para las mujeres, claramente la transgresión o subversión de los roles impuestos socialmente, para obtener placer egoísta. En los hombres, pueden significar el temor a perder esa dominación social, y con ello una forma acostumbrada de vehicular sus instintos de masculinidad. Una variante es gozar interpretando el rol de guía, normalmente iniciando a otra persona, probablemente virginal, en los secretos de la sexualidad, como el profesor y la alumna. Un componente de gozar con la dominación puede subyacer también aquí.

Sexo con animales:
Es también un tema tabú en muchas culturas. Los hombres fantasean con una amplia variedad de animales superiores, mientras que las mujeres parecen ceñirse al sexo con animales domésticos concretos, usualmente perros y caballos. El simbolismo es la transgresión de las normas sociales, pero también el deseo de dar rienda suelta a instintos que se sienten quizá poco normales o demasiado ’salvajes’.

Una fantasía es ante todo eso, una ideación que puede dar mucho juego como tal, incluso llevándola al ámbito de compartirla con la pareja pero ¡cuidado! que el mayor atractivo de las fantasías es dejarlas como tales; muchas veces cuando se concretan, pierden su encanto. ¿Y tú, alguna vez concretaste alguna fantasía sexual?