Rita Indiana, la revelación artística del 2009, es un fenómeno social. No hay mejor manera de definir lo que pasa con su novel carrera. La última muestra fue la cantidad de gente que convocó anteanoche en Hard Rock Café. Junto a su grupo Los Misterios, la esbelta cantautora logró, sin un solo hit sonando en la radio ni una publicidad aplastante, mover poco más de mil almas a su concierto.

Y es que la también escritora le ha dado a un público compuesto por jóvenes de clase media, lo que quieren. La definición de su música como una mezcla de zucaritas con plátanos es real, ya que ha convertido en música pop los sonidos del folclore y de la música urbana local.

Una audiencia que está al día con lo que suena en el mundo entero, y que forma parte de los habitantes de redes sociales electrónicas como Facebook y Twitter. A pesar de ser música urbana, que cuenta historias de los barrios dominicanos, situaciones que le pasan a cualquiera, y con un lenguaje coloquial, el público que la ha convertido en “figura” de repunte, no es el mismo que consume merengue de calle y regueton en cualquier colmadón.

Esas letras divertidas y dolorosas al mismo tiempo como los temas “Nos está llevando el diablo” y “Pásame a bucá”, se adorna con bases de ritmos como el ga-gá, alibabá, merengue, reggae y otros ritmos folclóricos nacionales.