Sin embargo, y aunque alguna ponga en tela de juicio esta tesis, a veces la mujer es la responsable de que el sexo en pareja falle. La web de 10.com hace referencia a algunas faltas consideradas “pecata minuta” y de otras monumentales.

Los hombres suelen ser menos exigentes en la alcoba pero siempre hay cosas mejorables que se significarían en grandes avances en las relaciones íntimas en pareja.

• Un fallo del sexo en pareja muy habitual y de fácil remedio estriba en la falta de iniciativa. A ellos les apasiona que una mujer tome las riendas cual amazona desbocada, así como que se deje llevar y esté dispuesta a experimentar. Lo único que puede diferenciar la moral de unas mujeres y de otras en la práctica del sexo en pareja será el grado de confianza requerido para determinadas prácticas. A un hombre le encanta que si le apetece llevar a cabo una determinada práctica en la intimidad su compañera se muestre “predispuesta a”; pero si siempre es el quien propone mientras ella dispone, se perderá el efecto sorpresa.

Para que el sexo en pareja sea más interesante, resulta más que recomendable que ella asuma el liderazgo y proponga posturas, prácticas… o lo que es lo mismo, el cómo, el cuándo y el dónde.

• Otro de los errores en el sexo en pareja que suelen cometer las mujeres radica en no saber hacer una felación, que suele derivar de una falta de ritmo, movimientos y técnica; los sientes también representan un hándicap importante pero que, con la práctica, puede subsanarse en gran medida.

• Negarse a experimentarse en la cama con nuevas prácticas o posturas sexuales porque a los hombres les excita tener nuevas experiencias en el lecho, cumplir sus fantasías y ver cómo su partner lleva a cabo las suyas.

• Excitar sin consumar. Craso error porque puede desatar la ira, en este caso justificada, de la pareja. Muchas mujeres anhelan sentirse deseadas y se sienten poderosas al someter a sus caprichos a los caballeros que las asedian. Sin embargo, puede convertirse en un arma de doble filo.

• No usar lenceria sexy. En ocasiones las mujeres se sienten tan seguras y estables que no cuidan el sexo en pareja. ¿Qué fue de aquellos conjuntos de lencería erótica que se enfundaba al principio de la relación? Caer en el error de considerar que porque mantienen una relación estable pueden relajarse en la intimidad, usar la “lencería de la abuela” puede ser el principio del fin, de la monotonía y la falta de deseo que va mermando las relaciones longevas.

• Fingir orgasmos, y que ellos lo noten… Cuando un hombre se da cuenta de que en el sexo en pareja hay alguno que emula mayor efusividad de la que en realidad transpiran sus poros, puede sentirse decepcionado y dolido. Resulta más recomendable sincerarse y reconocer que no se ha alcanzado el culmen de la excitación antes que representar un clímax fingido.

• Cohibirse y reprimir las fantasías tampoco será la fórmula secreta de vuestra felicidad, más bien se trata de no vivir encorsetado en pareja, experimentar y liberarse entre las sábanas.

• Esperar que la pareja se muestre predispuesta a mimarlas después de un apasionado encuentro sexual. Si él está agotado, necesitará descansar, dormir un rato y reponer fueras en lugar de deshacerse en arrumacos. Es su naturaleza.

• Practicas el sexo en pareja sin desearlo. Si él nota que no le apetece mantener un encuentro íntimo y que su pareja lo practica forzada por la situación, que se somete cual presa acorralada, se sentirá frustrado. De nuevo resulta más encomiable reconocerlo y no fingir enfermedades o permanecer como hierática esperando que el otro haga uso de su feminidad como si de una muñeca hinchable se tratase.

• Jugar en la alcoba puede hacer que vuestro sexo en pareja además de excitante sea muy divertido.