Una de las primeras frases que pronuncia el personaje de Columbus al comenzar “Zombieland” es “No sé cuándo las cosas empezaron a pasar de malas a ser una m...”. Y, de veras, les aseguro, por un instante nos salimos del mundo diegético y creímos que el personaje se dirigía a nosotros en la vida real, a nosotros y a nuestra muy fuñida nación.
Para nuestra suerte, nos percatamos de que habíamos comenzado a ver la película de Ruben Fleischer y volvimos a sumergirnos de nuevo en ella.

Y eso, por supuesto, resultó mucho mejor para nuestra salud mental que aplicarnos la frase a nuestra realidad presente y doliente.

Porque, para que vean, desde el inicio empezamos a disfrutar de esta parodia a los tan vapuleados zombies que ahora han sido sustituidos por unos vampiros tan convencionales y necios que dan pena, no por su capacidad para sorber la sangre de algunos inocentes, sino por el aburrimiento que produce su destartalada interacción cinematográfica.

Y es que en ese inicio nos presenta a Columbus, y este Columbus nos habla de eso que está sucediendo en USA, donde todo empezó sin que se le hiciera mucho caso, o sea, cuando los Zombies eran unos pocos y no había mucha preocupación, pero ahora, nos dice el chico, ahora que ya ellos son más que los seres humanos normales, ahora sí hay que preocuparse, y nos cuenta su primera aventura, estando en su hogar, cuando le visitó inesperadamente la radiante chica vecina y él, claro, que se veía en la gloria porque se sentía un héroe protegiéndola, hasta que, minutos después la chica comienza a babear y trata de comerle la cabeza.

Son cuatro los personajes de “Zombieland”, el ya mencionado Columbus, Tallase, Wichita y Little Rock, cada uno de ellos cuenta el origen de su relación con los zombies, ellas desconfían de ellos por principio: no se puede confiar en nadie.

Columbus quiere que los cuatro sigan juntos porque la chispa del amor se ha despertado en él no bien posó sus ojos sobre Wichita, pero por dos ocasiones ellas les abandonan, le birlan el vehículo y las armas pero, por circunstancias que no hemos de detallar porque para eso no es que escribimos, vuelven a unirse.

Lo esencial es que ese jovencito Columbus vive atormentado porque añora tener una familia de verdad, porque sus padres están a cientos de kilómetros, porque vive solo y no tiene a nadie a quien abrazar, acariciar, ni siquiera hablar.

Con su forzosa y accidentada relación con el rudo Tallase y con las dos chicas va comprendiendo que tener familia no es sólo y exclusivamente vivir con los padres, hermanos o primos, sino encontrar a alguien en quien confiar, a quien querer, de quien depender, y esa es la idea final de este sorprendente film que desliza suave y solapadamente en medio del estruendo de los enfrentamientos con uno, varios o numerosos zombies.

Y hay secuencias que revelan una grácil capacidad imaginativa. Por ejemplo, que lleguen a Los Angeles, que visiten el barrio de los famosos y multimillonarios, que entren a la mansión de Hill Murria y que ese mismo Hill Murria, imperdonándose a sí mismo, salga maquillado como un zombie con las consecuencias que no revelaremos pero que ustedes podrán disfrutar tanto como lo hicimos nosotros.

Eso, en lo que respecta al guión, que dista mucho de la burda comicidad de otras parodias. Pero, en cuanto a lo estrictamente cinematográfico, el film, que es relativamente breve (88 mns.), cuenta con una apretada y acertada edición que nos lleva en esta especie de “road movie” con un dinamismo que no nos deja descansar, que nos precipita de una acción a otra sin darnos tiempo para dejar de soltar la carcajada o emocionarnos con las peripecias por las cuales pasan los cuatro protagonistas.

Muy bien los intérpretes, Woody Harrelson (Tallase), Jesse Eisenberg (Columbus), Emma Stone (Wichita) y Abigail Breslin (Little Rock). Murray se luce haciendo de sí mismo. El departamento de maquillaje especializado cumple a perfección su cometido, aunque eso es lo normal en cualquier cinta de este género que se respete.

Sin rozar siquiera lo de “obra maestra”, de todos modos se puede elogiar la dirección de ese Ruben Fleischer, a quien jamás habíamos oído mencionar, y a sus guionistas, Rhett Reese y Paul Wernick, por crear una historia de zombies que no se parece a ninguna otra que hayamos visto.

OTROS DETALLES EN 2009
Mejor director: Quentin Tarantino. La creación del guión de “Inglorious basterds” es más original que cualquier otro a pesar de mezclar detalles de diferentes films y géneros, la dirección, que luce portentosa al crear expectación y dramatismo en secuencias que a otros les hubiera resultado pesadas, nos hace seleccionar a Tarantino como lo mejor de este año recién pasado.
Mejor Actor: Leonardo DiCaprio, por “Revolutionary road”.
Mejor Actriz: Kate Winslet, “Revolutionary road”.
Mejor Actor de Reparto: Christoph Waltz, “Inglorious basterds”.
Mejor Actriz de Reparto: Tarija Hanson, “Benjamin Button” Mejor Guión Original: Quentin Tarantino, “Inglorious basterds”. Mejor Guión Adaptado: Simon Beaufoy sobre novela de Vikis Sweroop para “Slumdog millionaire”.
Mejor Fotografía: Claudio Miranda, por “Benjamin Button” Mejor Musicalización: Q. Tarantino, “Inglorious basterds”.