Y ustedes, que deben haber visto los avances de este filme que ahora se estrena, “Daybreakers”, estarán con un palmo de narices cuando lean ese subtítulo que reza: “al fin, algo original.

Porque son vampiros los personajes, y nosotros hemos despotricado de los tales chupa sangre en más de una oportunidad.

Pero, repetimos, la presente es original. Porque todo depende del enfoque, del punto de vista, de la concepción que haya tenido el creador de la historia, que en este caso no es sino que son los hermanos Michael y Peter Spierig, creadores del guión y de la dirección del tal filme.

Porque ahora ya no es asunto de uno o varios vampiros villanos que agreden a ingenuas chicas para que entonces aparezca el buen-mozo-héroe a salvarla de los colmillos, sino de un mundo futuro próximo en el cual la enorme mayoría de la población mundial es eso, vampiro, vampiros todos o casi todos, y esa humanidad chupa sangre, para hacer el asunto aún más oriiginal, está entrando en un muy acelerado proceso de crisis y, ¿saben por qué?

Pues por la sencilla razón de que viven, se alimentan de la sangre de los humanos, y como cada vez hay menos y lo seguro es que pronto no habrá, no quedarán más por el aclarado proceso de succión sanguínea que les deja inertes, muertos, secos, pues entonces nada tendrán para alimentarse y todos caerán en ese horrible estado de locura feroz por falta de alimento, para entonces en su locura atacar a todo y a todos y, finalmente, si antes no los ha eliminado el Estado, morir.

Por esa razón trabaja el doctor Edgard Dalton, buscando, por cuenta de una enorme corporación, un sustituto artificial de la sangre, cosa que no hace de muy buena gana porque él, en realidad, no gusta de ser un vampiro, por eso, y por pura causalidad, se relaciona con un grupo de humanos que lucha por sobrevivir, por eso descubre lo que no se busca, no el sustituto sino la cura del vampirismo.

Pero hay que quemar etapas, todo eso tienen que verlo y asimilarlo viendo el filme, una historia bien escrita por los Spierig, con buenos efectos especiales cuando son necesarios, no puestos allí por puro adorno o para llamar la atención, con una atinada labor fotográfica de Ben Nott y acertadas interpretaciones de Ethan Hawke, Willem Dafne, Sam Neil y Michael Dorman, no impresionantes, tampoco formidables, pero sí compenetradas, acertadas.

Y por esa misma razón, con todo y ser “otra de vampiros”, podemos recomentarles “Daybreakers”, de los hermanos Spierig, porque es interesante, diferente, original y bien realizada, porque no es convencional ni tiene chicos y chicas buenos mozos y bonitas para que las y los adolescentes suspiren y chillen.