Películas a las que el Oscar dirá ‘no’

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"Inglorious Basterds”. Contiene escenas antológicas para la historia del cine. De esas escenas que marcan la maestría de un realizador que sabe ser original.
Todas debieran ganar el Oscar, pero en otras circunstancias. Por ejemplo, haber concursado años antes; estar sembradas con raíces incendiarias, o engendrar una siembra de insectos de papel, lo suficientemente numerosa y sublime para evitar el rasgado de lo eterno. Pero no lo han hecho, y van a perder. Tienen garra estas cinco películas. Van a llamar la atención y van a ser citadas alguna que otra vez por críticos insomnes. Pero no ganarán el Oscar.

“Up in the air” tiene demasiada clase. Es adulcorada y recrea un drama ingenioso con mano maestra.

Será muy difícil que a su protagonista (George Clooney) puedan arrebatarle el Oscar por la mejor actuación masculina, pero nada en esta vida está predicho.

Mucho más cuando tiene en frente a un Jeff Bridges en el papel más logrado de su vida. Su director, Jason Reitman, nos dice: “Atiendan, que yo sé hacer cine de verdad”. Pero de ahí a aspirar a la consagración de las “estrellas” va un trecho donde se respira oportunismo.

Puede que se lleve algún que otro aplauso, pero de ahí no pasará. “A Serious Man” es un peliculón. Tal vez la obra más acabada de los hermanos Coen. Dicen que es un retrato muy personal de la vida de ambos directores.

Comoquiera, es una película que rinde culto a las insignificancias a través de un contangioso humor negro. “Inglorius Basterds” contiene escenas antológicas para la historia del cine. De esas escenas que marcan la maestría de un realizador que sabe ser original.

De un realizador que innova siempre temas que, como el fascismo, parecen refritos. Una de esas escenas transcurre dentro de un barsucho de mala muerte entre ironías y sutilezas. Allí, personajes pretenden elementos para su propia destrucción.

Es un momento que no tiene desperdicios.

PRODUCCIONES: ALTAS Y BAJAS
Inglorious Basterds. Solo le señalo a Tarantino ese innecesario tiroteo dentro (y fuera) de la sala de cine.

Con media hora menos de metraje, y sin tantos excesos de acción, hubiera ganado en Cannes, en Venecia y, por supuesto, en Los Ángeles.

“Precious”. Conmueve, estremece, hace que el espectador vire a ratos su rostro de la pantalla. Es un filme que aniquila y nos llega al alma. mientras adverte los peligros de la marginalidad y la degeneración del ser humano en el mundo de hoy.

Es drama sin fisuras, lleno de momentos impactantes, a veces cruel, otra portadora de un naturalismo ejemplar, pero siempre con una puesta en escena creativa, sencilla y equilibrada. En ella todo le sale bien a su director, Lee Daniels. Su filme está coronado con dos soberanas actuaciones que no debieran perder en ningún concurso de cine que se respete: Gabourey Sibide, en el papel de la joven Precious y Mo’ Nique encarnando a su progenitora.

“Up”. Es una joya del cine de animación, una perfecta combinación temática de humanidad y esperanza elaborada con pericia.

Fuente: Lit. Diario

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