Al filo de la oscuridad’, un filo un tanto mellado
0:09¿Saben cuál es uno de los problemas cuando de películas policiales protagonizadas por Mel Gibson se refiere? Pues, fácil: que el amigo Mel es el héroe de todas sus películas (“La pasión de Cristo” incluida), por lo cual cualquier hijo de vecino a los diez minutos de comenzar el relato ya sabe que, de una u otra manera, él, en el presente caso el teniente detective Thomas Craven, habrá de salir victorioso.
Y, para que no quede duda alguna ni suspicacia flotando en el aire, el héroe lo habrá de hacer repartiendo tiros por todos lados y dando mamporros a todo aquel que se le pone al alcance, amén de escapar de las situaciones más comprometidas porque, claro, para eso es uno de los actores muy taquilleros aún con sus 54 años encima.
Podríamos decir que esta historia fílmica ha sido bien llevada por Martin Cambell, un señor que se caracteriza por su mano firme en lo que a asuntos de acción se refiere. En otras palabras, a pesar de sus casi dos horas, usted no se va a aburrir porque Campbell va a sortear toda suerte de escollos llevando en andas a atribulado padre que se pasa un cuarto de película entreviendo en su imaginación a su hija asesinada desde cuando era pequeña hasta que se la cargan los villanos.
Ahora bien, una cosa es llevar una historia con dinamismo, con elegancia cinematográfica, y otra muy diferente que esa historia sea tan interesante, creíble y formalmente aceptable como las de cintas como “Goddfellas”, “Casino” y otras por el mismo estilo.
Para comenzar, terminadas todas tribulaciones del amigo Craven, sentados en la tranquilidad de nuestro hogar, aún no tenemos claro el quid de lo sucedido. Sabemos, sí, quien fue el responsable de la muerte no sólo de la pobre Emma, así como de la de los otros ambientalistas que irrumpieron en el complejo industrial Northshore, pero que nos cuelguen si sabemos a ciencia cierta qué diantres era lo que hacían en el lugar, porque, si no eran armas nucleares para los norteamericanos a pesar de que había nada menos que un senador complicado en el asunto, ¿para quiénes eran? Otros detalles. Claro, sabemos que había policías complicados en el asunto.
Pero, de ahí a que dos sicarios sean detenidos en la noche y ya a menos de dos horas estuvieran sueltos y bien armados se nos hace un tanto descabellado. Qué a Craven se lo lleven, lo esposen a una camilla y luego le dejen solito, otro asunto duro de aceptar, y que el todopoderoso amo de Northshore estuviera apenas con dos o tres sicarios en su enorme hogar es otro asunto espinoso.
Pero, en fin, ya ustedes saben cómo se maneja este tipo de cine, ese es el tipo de películas que gusta a la juventud y para ese rango que oscila entre los 14 y los 25 años es que trabaja Hollywood.
Pero, como nosotros estamos muy lejos de ese rango y no tenemos acciones en ninguna de las “mayors”, pues apenas les podemos decir que si desean pasar un rato entretenido pues esa es su película, pero que, aparte de ellos, no podemos incluirla entre las buenas de este año, así como tampoco podemos alabar la rutinaria participación del amigo Mel Gibson y tampoco la de Ray Winstone, demasiado buen actor para ese personaje un tanto destartalado que es Jetburgh. Y el resto es peor.
FICHA DE EVALUACIÓN
Al filo de la oscuridad (Edge of darkness)
Dirección: Martin Campbell Guión: William Monahan y Andrew Bavell, sobre serie TV de Trey Kennedy-Martin Fotografía: Phil Meaux Musicalización: Howard Shore Intérpretes: Mel Gibson, Ray Winstone, Danny Huston, Bojana Novakovic, Shawn Roberts.
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