Un actor que ve más allá del cine
0:09El talento domó -o al menos eclipsó- a la bestia y, a sus 50 años, con dos Oscar, una carrera granítica y estrenos pendientes tan dispares como las nuevas cintas de Terrence Malick, Paolo Sorrentino y los hermanos Farrelly, nadie discute que Sean Penn es uno de los grandes de Hollywood.
Camaleónico y temperamental, Sean Penn, que cumplirá medio siglo el próximo martes, lleva en su mirada la mayor de las iras y la más infinita de las ternuras.
Sensibilidad y brutalidad a la manera de Brando, olfato para hacer de su carrera un ejemplo de buen gusto y una actitud a la que se ha reprochado cierta falta de tacto.
“Mi actor favorito es Sean Penn”, dijo una vez en una entrevista cuando optó por primera vez al Oscar por “Dead Man Walking”. Y así resumió un carácter que ha canalizado en grandes interpretaciones y reivindicación política, pero que también le ha llevado a la cárcel y a dos matrimonios tempestuosos.
Penn nació el 17 de agosto de 1960 en Los Ángeles County (Estados Unidos) en una familia de artistas que le facilitó adentrarse en Hollywood. Pronto destacó en papeles de rebelde: forjaron su calidad de satélite del “brat pack” “Fast Times at Ridgemont High”, “Bad Boys” o “The Falcon and the Snowman”, de John Schlesinger.
“No me considero especialmente político. Pienso que trabajar como actor y ser humano implica algo de política y preocupación por otros humanos”, dice con modestia.
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