La película, de casi dos horas de duración y dirigida por Julie Taymor, lleva a la gran pantalla la considerada como última historia creada por el dramaturgo británico. Narra la historia de Próspera, una ex duquesa de Milán con poderes mágicos a quien su hermano, con la ayuda del soberano de Nápoles, consigue echar del trono y desterrar a una isla recóndita, desde donde fraguará su fría pero piadosa venganza hacia quienes le quitaron el poder.

La adaptación de Taymor para el cine, en la que abundan los efectos especiales para apoyar el universo mitológico de la obra, cambia el sexo al protagonista, ya que el original de Shakespeare tenía un duque Próspero y uno una duquesa Próspera, modificación para que Mirren pudiera interpretar el papel.

“Es destacable la forma de la película de transformar a Próspero en Próspera, como parte de una especie de reivindicación feminista”, dijo en Venecia la actriz británica de 65 años.

“En tiempos de Shakespeare había mujeres que eran castigadas por sus conocimientos. Y aún lo ves ahora en Estados extremistas -sean de la religión que sean- que no quieren que la mujer tenga educación porque es peligrosa”, agregó.