Normalmente, cuando eres una buena persona y ayudas a los demás, la vida te lo recompensa tarde o temprano. Sin embargo, en este caso es el propio perro el que ayuda a este chico a estar mucho mejor.

Un simple acto que realiza el chico, hace que el perro se lo agradezca de por vida. Se compró una brocheta y vio a la chica que le gustaba al otro lado. Pensaba darle la brocheta a ella como un regalo pero en vez de eso, se decantó por el perrito que tenía hambre.

Éste le recompensó por su generosidad: le guardó el sitio para su coche en el aparcamiento, espantó a las palomas y a los perros que hacían sus necesidades en el coche, se lo limpiaba, le ayudaba a aparcar y echaba a la gente indeseada que se acercaba a su coche. Todo esto sin que el chico no se diera cuenta.

Pero lo más increíble fue cuando le quitó su mochila y corrió hasta la chica del principio. Agradeciéndole a su amigo la generosidad que tuvo con él al darle de comer y dejar que se fuera el amor de su vida en ese momento, el perrito le llevó hasta a la chica. Él se dio cuenta entonces de la buena acción que hizo con su gran amigo.