Apenas dos horas más tarde en un céntrico hotel las Cruz hablaron con un reducido grupo de periodistas. Esta vez separadas. Cada una con su historia. Lógicamente la vuelta a Madrid de Penélope tras el Oscar a Javier Bardem era la más esperada por cuanto se vio y vivió esa noche. A la pregunta de si pasó más nervios hace un año, cuando ella aspiraba a una estatuilla, o en esta última edición, cuando finalmente se lo llevó Bardem, la actriz confesó que se puso muy nerviosa porque tenía que entregar un Oscar «y siempre hay alguien que justo cuando vas a salir al escenario te recuerda que millones de personas te están viendo por televisión». En lo referente al Oscar de Bardem aseguró que sintió «muchísima ilusión porque tiene un talento descomunal y se lo merecía». Y ahí acabó el asunto Bardem. Penélope no sabe si el actor trabajará con ella en la película del musical «Nine» que empieza a rodar en septiembre. «Sólo sé que yo ya he firmado», comenta, e insiste en no dar más pistas sobre su relación personal. «Desde muy niña, cuando empecé, opté por no hablar de mi vida privada, pero es que ni media palabra. Cualquier persona con sentido común entiende porqué alguien que se dedica a profesiones como la mía toma esta decisión». Lo dicho: que de su relación con Bardem nos seguiremos enterando por los paparazzi o tal vez el próximo agosto cuando se estrene la película que juntos rodaron en Barcelona con Woody Allen

Pero es Pedro Almodóvar quien hoy le quita el sueño. Lleva semanas ensayando su papel en la película que rodará a las órdenes del manchego en las próximas semanas. «Estoy feliz de meterme en este proyecto al cien por cien puesto que estaremos trabajando en la película hasta el mes de julio. Pedro quiere contar algo de la película antes de empezar a rodar. Me encanta mi personaje, tengo mucho miedo, como siempre, pero eso también me hace feliz», aclara. «Mi papel es muy diferente a todo lo que he hecho antes, ahora estamos buscando el perfil puesto que tiene muchos colores, es drama y comedia, pienso que es lo mejor que ha escrito Pedro», añade. «Es verdad que exige mucho a los actores pero eso es una bendición porque sabe exactamente lo que quiere de ti».

Para hacer esta película se cambió la fecha de rodaje de «Nine», que será a finales de verano. «Ya he empezado a dar clases para avanzar con la voz porque bailar no me preocupa puesto que bailé durante diecisiete años de mi vida. Pero conste que para hacer esta película tuve que pasar cinco pruebas. El primer día me llené las manos de ampollas y me recordó a cuando me arrancaba las uñas enteras de los pies y no sentía nada porque la raíz de las uñas estaba muerta de tanto bailar», comenta.

Días atrás una encuesta de la revista «Hola» la situaba como la mujer más elegante por segundo año. «Es algo que me puedo tomar como un piropo pero dándole la importancia justa». La actriz confiesa que muchos de esos vestidos que luce en la alfombra roja luego se los regalan pero ella a su vez los cede para los museos de los diseñadores «es mejor así porque allí los cuidan muy bien y los exhiben».

De lo que más satisfecha se siente después de estos años de trabajo es de «poder vivir de un trabajo que me gusta. Era mi obsesión de niña. Mi trabajo me da felicidad. También lo que he hecho con mi hermana para Mango. Pienso que Mónica está tocada para la moda».

Penélope seguirá viviendo entre Los Ángeles y España. «Me lo tomo como algo temporal, por unos años, y por eso no me agobio». Es su truco o su manera de sobrevivir al jet-lag.