El camión Daihatsu con los instrumentos musicales de la merenguera típica La India Canela ya está parqueado en su casa de Los Llanos de Gurabo. La artista, que fue objeto de un embargo hace dos semanas, pagó 200 mil pesos a Freddy Vargas, quien la demandó en el 2005 por supuestos pagos no realizados.
Aparte del camión, le devolvieron una yipeta Nissan valorada en 600 mil pesos y un carro de su hermano Jesús Hernández.

Argumentando que fue condenada sin derecho a defensa, La India Canela confesó sentirse abatida y desilusionada. “Creo que no se debió proceder así. Pasé momentos muy difíciles. Aprendí que se debe tener un abogado amigo, alguien de confianza”, expresó anteanoche la merenguera que recientemente grabó un disco de la Smithsonian Folksways de Washington...

“¿Tú sabes lo que yo tengo que trabajar para ganarme doscientos mil pesos?”, repetía la artista, que cuando llegó el grupo impetuoso a embargarla, se hallaba sólo con su hija Coral Gutiérrez.

Lamentando el abuso cometido en su contra, Mery Hernández, apodada la India Canela, dijo que en el país es un pecado ser empleador. “Ya cualquier persona con un testigo puede afectar tu moral, tu honra”.

La artista dijo sentirse frustrada por la forma en que “esa gente llegó a mi casa, amenazándome, tumbándome la puerta y diciéndome que si no buscaba cien mil pesos iban a llamarme la prensa”.

Pese a todo, La India no ha parado de trabajar. En dos semanas sin acordeón propio ha rentado equipos para seguir tocando. “Estoy agradecida del apoyo que me han dado los medios y sus periodistas. En estos días de turbulencia, me di cuenta que soy una persona muy querida. Me han llamado desde todas partes. Mucha gente me ha apoyado en esta situación, me siento muy agradecida”, expresó la artista.

La India es una mujer sonreída. Piensa bien antes de hablar, pero sonríe con facilidad. Anteanoche estaba en paz pero no había sonrisas en el rostro de La India. “Nunca me había pasado algo así. Sentí la protección de Dios, él me sacó de las aguas profundas para traerme a aguas tranquilas”, confesó.

Desde el jueves, Freddy Vargas, antiguo colaborador de su banda, es el dueño de 200 mil pesos pagados por La India. ¿Rencor?, dice que no. Y adiciona: “Yo le ofrecí una ofrenda al Señor para que un día esa persona recapacite por el daño que injustamente me hizo”.

El caso
La demanda interpuesta por Freddy Vargas, quien no era un empleado fijo, sino un colaborador adicional de su banda típica, llevó tormenta al albergue que la merenguera típica habita junto a su hijo Handel y su hija Coral.

“Esto es indignante, esos hombres casi me tumbaron la puerta... Mi hija Coral se asustó mucho. Llevo muchos años en esta profesión y nunca me había pasado algo así”, aseguró hace 15 días la laureada acordeonista.