“Recuérdame”: un recuerdo no muy agradable
0:05El guión que el señor Will Fetters escribió para “Remember me” es un verdadero, insufrible compendio de los más resobados clichés de la cinematografía de la alguna vez denominada Meca del Cine.
Por un lado tenemos la simplonería vista en centenares de filmes de todas las nacionalidades de los hijos resentidos hasta la locura y el suicidio por culpa del preconcebido padre millonario poderoso que solo se ocupa de mantenerles a base de mucho dinero pero no se entrega a ellos, no les “brinda su cariño”.
Por otro tenemos a la chica buena que sufre el terrible trauma de haber visto como asesinaban a su pobrecita madre, razón por la cual no vuelve a montar en el Metro, además de que su padre, detective veterano de la policía de N.Y., la quiere manejar a su antojo, tal y como si fuera una niñita.
Pero, además, están los pasos clásicos del romance: el muchacho buenmozo enamora a la muchacha bonita, ella cae rendida a sus pies, pero luego se sabe algo que hace que ella le abandone airada y dolida, para luego, como es natural en todo cliché que se respete, volver a sus brazos.
Y, para culminar, la manera de actuar del chico Tyler consigue el milagro: el padre millonario dejará un tanto de lado sus muy lucrativos manejos de todos los días a todas las horas para ocuparse de la hijita pequeña frustrada porque todos se burlan de ella en el colegio aunque nunca llegamos a saber la razón de tal saña de parte de las demás niñas.
En otras palabras, que a cosa de quince minutos de comenzar el asunto lacrimógeno ya estábamos cambiando de posición en la butaca y buscando una salvación siquiera tempo- ral del malestar: descabezar una breve siesta.
Por si acaso, habría que recordar que un bodrio de esta naturaleza se hace para que unos cuantos miles de adolescentes suspiren ante la imagen boquiabierta de su nuevo ídolo: Robert Pattison, quien hace de Tyler, y que sigue siendo un actor anodino.
Pena nos dio encontrar a intérpretes tan calificados como Pierce Brossnan y, sobre todo, Chris Cooper, en personajes tan necios. Lena Olin, pobrecilla, debe andar muy mal de fondos para que hubiera de hacer un personaje tan anodino.
Pero, por si acaso, no nos parece que hayan dado en el blanco con esta llorosa historieta, porque por más atención que puse a la hora de salida, no pude distinguir una sola lagrimita en los ojos de las damitas presentes.
Mala suerte, Pattison, vuelve a sacar los colmillos, tontería que, evidentemente, te sale mejor.
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