“Yo soy una persona sin poses, auténtico”
0:04 Sencillo y cercano, como cualquier cibaeño, “El Torito” ha sabido llegar al gusto de la gente en una exitosa carrera que ya lleva 19 años cosechando éxitos, en merengue o en bachata, pero siempre de la mejor manera.
“Yo creo que la gente me ve como uno más, como un primo o un vecino de cualquiera y por eso me aprecian tanto, más que a muchos otros, aunque suene feo decirlo”, expresa el artista de Bonao.
Padre de tres hijos a quienes adora, Héctor Acosta afirma que cantaba desde el vientre de su madre, aunque en la adolescencia se inclinó por el béisbol pero la vida se encargó de enfilarlo hacia donde tenía que llegar, que es la música.
Fue en 1982 cuando en su natal Bonao se llevaba a cabo un Festival de la Voz al que él decidió sumarse sin haberse preparado para eso y resultó el airoso ganador, no solo del primer lugar sino también del cariño de la gente.
Muchos años han pasado desde entonces, actuando siempre con mucha fe y perseverancia, elementos que nunca le han fallado porque expresa que en un principio sus padres no estaban de acuerdo con asumir la música como profesión, aunque su madre era mucho más flexible. Ha sido un largo camino recorrido, pasando por un coro religioso y luego ser el cantante de varios bares, experiencias que describe como períodos de gran aprendizaje para lo que luego sería su carrera profesional como merenguero.
Entrevistado el pasado miércoles en el programa diario “Aprendiendo a vivir”, conducido por Nancy Pérez de Franjul y Patricia Franjul, Héctor Acosta señala que se siente conforme con todo lo que ha logrado, más todavía porque ha tenido la oportunidad de llevar la música del país a todos lados y encontrarse con dominicanos en cada rincón del mundo.
“Es increíble como estamos regados por dondequiera, estuvimos por muchos países de Europa y en España, específicamente en Alicante, donde nunca habíamos estado, encontramos dominicanos y fue algo muy bonito”, dice.
Confesiones
“Yo soy un hombre de hogar, no soy de salir mucho, porque con este trabajo uno vive entre luces y fiestas, entonces en el tiempo libre no voy a andar en lo mismo, lo mío es la tranquilidad y mis hijos” señala El Torito, quien no se avergu¨enza de decir que una de las cosas que más le gusta hacer es comer, según él para “recuperar las libras perdidas” con el ajetreo de sus constantes viajes y compromisos.
Además, el cantante pasa su tiempo en casa viendo televisión y haciendo lo que sus hijos quieran hacer, como una forma de compensar el tiempo que no pasa con ellos.
TRAS DE LA TORMENTA LLEGA LA CALMA
Como todo en esta vida, a Héctor le han tocado tragos amargos. Cuenta que uno de los momentos más difíciles y trágicos de su vida y su carrera fue la separación de “Los Toros Band”, -porque según dice- se sentía muy preocupado por lo que fuera a pasar con su carrera y qué rumbo podría tomar a continuación, además de que en ese mismo año se divorció de su esposa, la madre de sus dos hijos más jóvenes.
“Fueron unos meses muy duros para mí, pero gracias a Dios esa fue una prueba más de la vida”, apuntó.
Sobre los altibajos del ambiente musical, dice: “Yo no me puedo quejar de lo que he logrado y del trato que me ha dado el público y la prensa, pero este es un medio difícil porque hay mucha gente hipócrita y falsa, como en todos lados.
Uno tiene que cuidarse de eso, nada más”.
Viendo hacia el futuro, en los próximos años espera poder seguir brindando alegría al público que espera siempre nuevas bachatas y merengues con los cuales identificarse, aunque dice que no importa lo que pase después porque para él, que ya ha caído y sabe como levantarse ante las dificultades, los éxitos que se cosechan con perseverancia, mucho trabajo y amor, duran por siempre. Ente risas finaliza diciendo que lo único que no espera es crecer más.
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