‘Mi nombre es Khan’
0:07 ¿Es la historia de Rizwan KhaEn real? No, es un guión original de un señor llamado Shiban Bathija.
Pero es nuestra historia contemporánea lo que inspira a Bathija, es la vida que nos envuelve y condiciona lo que permite que un guionista de la India conciba un relato de esa naturaleza para que entonces otro hindú, Karan Sohar, decida llevarla a la pantalla y la ruede en escenarios de India y Estados Unidos de Norteamérica.
Y es por esa razón que dicho relato nos resulta tan impactante, tan inspirador, tan hermoso, porque no se trata de la mojiganga de individuos haciendo chistes malos y viviendo una vida sin sentido ni de otros disparándose unos a otros y persiguiéndose por todas partes mientras destruyen todo lo que encuentran a su paso, sino todo lo contrario: es una idea que surge de lo que somos, de lo que vivimos y sentimos en este instante histórico que nos ha tocado vivir y que compete tanto a los norteamericanos como a los hindúes, a los rusos y a los argentinos, a los dominicanos y a los esquimales.
Porque todos estamos de una u otra manera conectados, porque lo que sucede en un lugar condiciona lo que sucede en otros, por esa razón, cuando un hindú que sufre del síndrome de Asperger, un padecimiento que no afecta la inteligencia práctica ni la emocional, pero que si deviene en problemas de comunicación, va de su barrio en Bombay a vivir con su hermano en USA, cuando ese Rizwan Khan se siente profundamente afectado por los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001, se desespera porque no le es posible asimilar el dolor que siente en carne propia.
Porque Rizwab Khan es de piel oscura, no negro, pero de piel oscura, y porque es musulmán y entonces, a raíz de un hecho ten significativo como el atentado terrorista, comienza a comprender, muy poco a poco, que no todos pueden ser igualmente felices, que no todos son iguales, y que la discriminación puede atacar por donde más nos duele.
Y, precisamente por padecer del mencionado síndrome, cuando su esposa, ocurrida la desgracia, le grita como un simple desahogo que le haga saber al Presidente de USA que él no es un terrorista, entonces esa idea queda como clavada en su mente, se convierte en una fijación y Khan lo abandona todo en busca del Presidente para cumplir con ese mandato, para decirle al primer mandatario norteamericano que “mi nombre es Khan y no soy un terrorista”.
Este hermoso y muy significativo filme comprende, entonces, tres partes: Khan niño en su barrio de Bombay, Khan cuando llega a USA, se enamora, se casa, tiene un hijo, o sea, la conquista de la felicidad plena, y Khan destruido por el impacto del atentado a las Torres y el inicio de su obsesión.
Insistimos: una original y formidable historia muy bien realizada por Karan Sohar, muy buenas actuaciones, encabezadas por Shahruch Khan, quien hace el rol principal con una certidumbre tan pasmosa que llega a confundirnos, y una historia que les llegará muy adentro. Lo garantizamos.
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