Milly Quezada se propuso hacer de esta temporada inolvidable, pues se trató de la primera Navidad que pasó en compañía de su nieta, Mía Miliana, quien ya tiene nueve meses de nacida.“Estamos viviendo una Navidad hermosa. Es una gran experiencia ver la Navidad a través de los ojos de mi primera nieta... me hace mucha ilusión”, indica la merenguera, quien en estos días se ha pasado viajando entre Nueva York y Puerto Rico para cumplir diversos compromisos de trabajo.La presencia de la pequeña en su vida hace que estos viajes sean cortos. Porque Milly vive añorando el momento de volver a reencontrarse con Mía Miliana.“Al regresar de mi último viaje, tan pronto como me vio me enseñó los brazos para que yo la cargara. Sus padres me están acusando de ser la responsable de engreírla. Pero, ¿qué se le va a hacer si tengo abuelitis aguda?”, admite la afamada cantante dominicana.

Milly Quezada señala que su nieta ha causado una verdadera revolución en su vida diaria. Y establece ciertos paralelos entre la nena y su hijo Miguel Antonio Vázquez, padre de la criatura.

“Mía Miliana ya camina. Es más, mejor diría que corre, porque tiene una velocidad... Dio sus primeros pasitos a los ocho meses, al igual que su papá”, menciona la artista, recordando aquella etapa en la que debutó como mamá.

La merenguera expresó que para Navidad le compró “como 500 cosas, sólo para verla abrir las cajas de regalos. Me causa mucha ilusión sentir que regreso a mi niñez, allá en Santo Domingo”, dice con ternura, mientras observaba a la pequeña revolotear alrededor del árbol que decora su residencia en Nueva Jersey.

“Era una época en la que la unión familiar era de gran alegría. También el comer juntos... ¡y qué buen comer! Nosotros éramos muy pobres y nos encantaba que llegara la Navidad, porque había mucha comida. La mesa se llenaba de todo lo que tradicionalmente comemos los dominicamos para estas fiestas”, recuerda.

A pesar de que las circunstancias de su vida han cambiado dramáticamente, Milly Quezada sigue compartiendo con su familia estas festividades religiosamente.

Comparte que para su hermana Jocelyn también fue una Navidad muy especial, pues fue la primera con su nueva nieta.

“Alisya se llama la nena mayor, que tiene poco más de un añito, y la menor, de nueve meses, que se llama Hailey. Las dos son las hijas de Gabriel, el niño que Jocelyn y Fausto adoptaron cuando apenas tenía siete días de nacido”, expone la cantante.

Según revela Milly Quezada, a su hermana le habían dicho que no podía tener hijos, por lo que tras mucho intentar ser madre optó por la alternativa de la adopción.

“Cuando ella se convirtió al Señor y abandonó la música secular, a los seis meses ya estaba embarazada de su hija Isabel, que ya tiene 12 años, igual que su ministerio”, apunta.

Como es evidente, son muchos los motivos de celebración. Los tiempos han cambiado, pero lo que permanece inalterable es la unidad familiar. Todos viven en Nueva Jersey, por lo que en la casa de Jocelyn se armó el rumbón.

“Vivimos todos en la misma cuadra”, revela Milly al tiempo que continúa llenando de besos a su adorada Mía Miliana.