Para muchas personas, el tener una pesadilla es algo que una vez despiertos tratan de olvidar, sin darse cuenta que detrás de ese incidente hay un mensaje que la mente esta tratando de decirnos. Máximo si la pesadilla es concurrente, se repite más de una vez y en las mismas condiciones. Los sueños y en este caso, las pesadillas, son conflictos internos que se deben resolver. Y el obviar una pesadilla, que nos pone nerviosos y muchas veces en sobre salto es una indicación de que algo no anda bien en su vida y la propia naturaleza, nos indica la situación por medio de la pesadilla como punto de escape. Para muchos expertos en el ámbito de la conducta humana, cuando le prestamos atención a sueños recurrentes y los analizamos con situaciones o acontecimientos de la vida cotidiana, por lo general, una vez resuelta el problema que nos esta atormentando o molestando a nivel conciente; la pesadilla o el sueno recurrente no vuelve a manifestarse.

En el campo de la investigación, los sueños son en realidad enigma para los estudiosos que todavía no han encontrado un significado exacto y un porque para las manifestaciones de los sueños. En cada pesadilla, nos enfrentamos a miedos externos que muchas veces no reconocemos y por medio de escenas en ocasiones extrañas la naturaleza nos prepara para hacerle frente a la situación real. La próxima vez que te enfrentes a una pesadilla, no la obvies. Allí puede estar la solución a un problema que de otra forma seguirá perturbándote y manifestándose a la hora de dormir. Al igual que el dolor, las pesadillas son alertas que nos indica que tenemos que arregla algo en nuestras vidas de manera urgente.