La obra “Hay amores” evoca romanticismo y una que otra connotación sexual, pero el trasfondo va más allá. “Hay amor y desamor y todos los tipos de amor tanto carnal como filial, amor a la vida. Todo el mundo se sentirá identificado con algún personaje”. Así los productores del colectivo Naboria Teatro.

El montaje se presentará este fin de semana en la Sala Ravelo del Teatro Nacional.

La pieza, que en septiembre de 2011 vio la luz en una pequeña sala de teatro, pasará a la segunda sala más importante del país bajo la dirección del jóven actor Iván Mejía, quien, en esta ocasión, se estrena como director de teatro. 

Escena
Las tablas serán testigos de las vivencias de cinco “imperfectos extraños de los más dispares orígenes”, que se desahogan sobre los asuntos de la vida en una terapia de grupo.

Los personajes, tomados de la vida real, serán: una chica, un vendedor de libros, un payaso, una paciente terminal y una solterona que prometen hacernos desternillar de la risa y, en ciertos momentos, hasta llorar.

Mejía considera que la obra se resume en una de sus frases: “La esperanza es lo último que se pierde”, pues todo el mundo necesita una esperanza para levantarse todos los días.

Agrupación
Los actores -en su mayoría egresados del taller de Enrique Chao- Ramón Guzmán, Katyuska Licairac, ErlynSaul, Marlene González e Irina Pérez decidieron unirse y formar el colectivo Naboria Teatro y de ese modo competir con las compañías ya existentes.

Los  motivos por los que conforman el grupo son muy  nobles: incentivar a la juventud a acercarse al teatro, hacer obras de calidad y vivir de su pasión.

“Hay mucha gente joven haciendo teatro y yendo a al teatro como espectador. A veces por la situación económica es difícil y quisiéramos llegar a las personas de diferentes estratos sociales”, manifestó Irina Pérez, actriz en sus declaraciones a este diario.