Olga Ferri, una referente del ballet argentino que triunfó en los exigentes escenarios de París, Londres y Berlín, falleció a cinco días de su cumpleaños número 84, informaron ayer sus allegados.

Ferri, también notable coreógrafa, bailó hasta los 49 años y su carrera la llevó a los más prestigiosos teatros de la danza clásica de Europa y también de Brasil.

La artista se formó en el Instituto de Arte del Teatro Colón, el más famoso coliseo argentino del que fue primera bailarina a los 18 años.

Actuó en los más prestigiosos elencos de Occidente y en 1971 cambió radicalmente su carrera, cuando el bailarín ruso Rudolf Nureyev la eligió para su versión de El Cascanueces.

Ese fue su gran espaldarazo internacional y a partir de entonces logró roles de relevancia en el Royal London Ballet y fue solista en el London's Festival Ballet, en cuatro temporadas, entre 1960 y 1966.

En las décadas de los 50 y los años 70, junto a Esmeralda Agoglia, María Ruanova, Violeta Janeiro y Norma Fontenla, integró el notable grupo de primeras bailarinas del Colón.

En 1958, la prestigiosa coreógrafa cubana Alicia Alonso la eligió para Giselle, convirtiéndola en la primera bailarina argentina que la interpretó en su versión coreográfica original. También encabezó los elencos de La Cenicienta, de Georges Skibine; La Sylphide, de Pierre Lacotte y Romeo y Julieta, de Sergei Prokofiev.

Con casi 50 años se retiró oficialmente bailando Coppelia.

En dos oportunidades fue directora del Ballet Estable del Teatro Colón, la última durante la temporada en 2008.