Te da miedo que no se proteja, que te imponga ciertas caricias ... Lánzate encima de él, empezando por desabrocharle ... la camisa como una fiera. Puede que se corte un poco, creyendo que eres una auténtica devoradora de hombres y puede que consigas intimidarlo. Su sorpresa te permitirá ganar tiempo y puede que, al final, hasta te acabes acostumbrando a ser la que dirija "las maniobras".
Ser su Lolita
Tienes treinta y tantos e ignora tu "inocencia". Cuéntale tus miedos, mejor todavía, llora en sus brazos, le encantará sentirse como si fuera tu profesor.
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